«No era la chica más linda de la clase. No tenía pechos, tenía las piernas cortas y los dientes separados. Nunca me he visto como alguien sexy o como alguien que podría gustarle a los chicos». O sea, que Kate Moss, la modelo que a los 22 años ya era millonaria, se creía un patito feo. Un patito feo que luego se convirtió en un cisne. En un cisne blanco como la pareja elegante y distinguida que veo casi todos los días en el Parque de María Luisa. Kate Moss, esa chica que se cayó y supo levantarse como si aquí no hubiera pasado nada, cumplirá 40 años el próximo 16 de este mes. Esta Capricornio que supo enderezar con mucha dignidad su vida personal, empezó en el mundo de la moda a los 14 años, fichada por Sarah Daukas, fundadora de la agencia de modelos Storm, cuando la modelo británica estaba con su padre en el aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York. Ahora la veremos en un documental que emitirá el próximo día 12 el canal de televisión francés Paris Première, y que lleva por título Looking for Kate, Buscando a Kate
Kate Moss está considerada como una mujer enigmática, quizás porque siempre ha intentado, sin lograrlo, preservar su vida privada. Me gusta por su versatilidad, por su manera de interpretar cada diseño; me gusta por ejercer con tanta profesionalidad su oficio de modelo. El documental, según Vogue París, se adentra en algunos de los aspectos más oscuros de Moss. Esta sería la parte morbosa, que esperemos sea sólo anecdótica y el documental se centre en el lado profesional de la modelo. Algunos de los nombres más señeros del mundo de la moda como Isabel Marant, Peter Lindbergh o Paolo Roversi participarán en la cinta hablando sobre su relación con Kate Moss. La chica de la que los fotógrafos hablan maravillas porque se transforma cuando mira a la cámara, acaba de posar desnuda para Playboy para celebrar sus cuatro décadas de vida. Casada con el guitarrista de The Kills Jamie Hince, Kate Moss sigue siendo una de las grandes.