Lo último de Cuplé

 

Es muy normal que cuando se le pregunta a la reina de la elegancia, a la princesa o simplemente a esa señora estilosa que siempre hay en la vida de cualquiera, diga que llevando unos buenos zapatos y la cabeza arreglada se triunfa ya sea en España ya sea en Singapur . No obstante, hay quien le echa una aportación de su cosecha y dice sin titubear que un bolso es como esa alarma que enciende los sentidos y que te hace saltar por los aires o recrearte contemplando el paisaje…Del bolso, claro.

 

El bolso, en el término medio; es decir, entre la cabeza y los pies, sería el que aportaría equilibrio a esa impronta que nos deja un pelo en perfecto estado de revista y unos zapatos que hablan del gusto, la elegancia y el cosmopolitismo de su portadora. Mientras que el hombre hace el clásico «barrido» a la mujer: esa inspección ocular que se lleva por delante medidas y apreciaciones más íntimas, las mujeres no miramos, escaneamos a nuestras congéneres. Si de ese escáner salimos ilesas ya nos podemos dar con un canto en los dientes.

 

Hay muchas marcas en el mercado español, sin necesidad de cruzar fronteras, para salir airosas de esos dos exámenes de miradas ajenas. Una de ellas es Cuplé. Ya sabemos que cuplé es un estilo musical ligero, divertido y algo picante que nos retrocede a otra época, pero que sigue vivo en el vocabulario de la gente. Por Sarita Montiel sabemos mucho del último Cuplé y por Almudena Fernández sabemos más del otro Cuplé, el que da vida a la firma de calzado y complementos alicantina.

Almudena Fernández es una modelo, top la llaman ahora cuando se ha llegado a la cima de su profesión, y es la imagen de Cuplé, además de la artífice de una colección ecológica con la que la marca se suma a esa tendencia tan activa en los últimos tiempos de mirar por el medio ambiente y cuidar al máximo todo el proceso de desarrollo de los diseños, que incluye, evidentemente, que la mano de obra no sólo sea cualificada, sino que sea respetada en sus derechos laborales.

 

 

La colección de Cuplé para este verano tiene como protagonista el color. Un color que devuelve la alegría, un tanto marchita por las circunstancias, a las calles de este país que no acaba de sacudirse esa crisis tan pegajosa, como el calor en agosto, en Sevilla, sentados en un sillón de escay. Sólo sentados, que si nos ponemos a hacer ejercicio… En los zapatos hay variedad para contentar a esa consumidora cada vez más exigente porque cada vez está más informada. Sandalias para el día y para la noche; es decir, para ir de sport y para ir arreglada, lo de toda la vida.

Ahora hay quien quiere dar un vuelco a esas normas no escritas y se viste de fiesta para asistir a un coloquio matinal y de «trapillo» para una fiesta de campanillas. A eso algunos le llaman innovar. Hay zapatos cubiertos, tipo salón, pero sofisticados. A veces en colores fuertes y otras en la versión dulce como el caramelo. Cuplé tiene también bolsos muy ponibles (a ver si esta palabra la incluyen de una vez por todas en el diccionario de la Lengua española, dado su  frecuente uso) y divertidos, en estampado animal. Me encanta el amarillo. Es muy optimista. Tanto como Cuplé, que siempre van a por lo último.