Se define como autodidacta y dice que no sabía coser, pero que con dedicación y práctica todo se consigue. Ismael Gómez Figueroa bautizó su firma con el inquietante nombre de «La aguja en el dedo», no por sus aficiones de faquir, sino porque «las prendas las hacía a mano». Su objetivo es divulgar su labor fuera del circuito de Andalucía
Ismael Gómez Figueroa estudió Comunicación en Sevilla y montó con un compañero un estudio de Diseño, donde hacía imágenes corporativas y publicidad para otras empresas. «Luego pasamos a la estampación de camisetas con ilustraciones, que derivó en la confección de prendas propias. De eso hace cinco años y es verdad que yo no tenía ni idea de coser, pero a base de ir practicando y de sacar un patrón e irlo diseñando iban saliendo las colecciones. Todas las prendas las hago yo, menos las de piel, que en la nueva colección son cuatro de las sesenta».
Hace año y medio montó la tienda de la calle Siete Revueltas, pero en 2008 lo llamaron de Andalucía de Moda, donde, en el espacio Plataforma, expuso su colección de otoño-invierno 2009-10. «Hubo una chica que se fijó en la firma y nos propuso presentarnos en el FIB (Festival Internacional de Benicàssim), donde desde hace doce años hay una pasarela por la que han desfilado firmas que hoy están consolidadas como La Casita de Wendy o El Delgado Buil. Allí nos presentamos y nos sirvió de promoción. En febrero participamos en el Showroom de Ego, en Cibeles y ahora acabamos de presentar nuestra colección de otoño-invierno 2010-11 en el Showroom South 3632 N, en el Baluarte de la Candelaria, en Cádiz».
Geometría
Dice Ismael que al principio sólo hizo camisetas para chicos, para después probar suerte con las de chicas, cambiando el patronaje. «Ahí empecé a investigar para llegar a la actualidad en que las dos últimas colecciones son unisex, aunque para las tiendas hacemos más vestidos, que es lo que más se vende. No obstante, en los desfiles presentamos más moda masculina, pero unisex. Nuestra propuesta de septiembre la hemos llamado «Geometría», y en ella utilizamos los entrelazados de los tejidos hechos a mano. Las formas las hemos basado en las piezas que hacíamos en el colegio con cartulinas y todo está cosido a mano. En la de otoño-invierno vamos a utilizar piel y estampados floreados, basados en el campo, en la tierra, en los colores de la Naturaleza. A la firma se acaba de incorporar Javier Bartel para trabajar con el diseño y el patronaje».
Ismael Gómez Figueroa asegura que no acostumbra a comprar revistas de tendencias ni de moda. «Me nutro de los diseñadores nuevos, que tienen ideas muy frescas. Ma alucina Nicolás Vaudelet, El Delgado Buil o Dora Romero, que hace unas piezas románticas muy bonitas. Este año, por ejemplo, Cibeles ha sido muy floja, ha habido poca innovación, todo ha sido muy comercial, aunque es cierto que hay que vender, porque las ventas se notan que han bajado y hay que buscar soluciones. Una de ellas podría ser evitar el gasto de hacer un desfile espectáculo, donde se muestra ropa que no tiene salida, y así no montar una colección de desfile y otra de tienda. Es cierto que los jóvenes tenemos que sobresalir y hacer cosas más estrambóticas para que se nos conozca, aunque en lo que a mí respecta hago prendas ponibles para la tienda porque hay que salir adelante».
Las ayudas oficiales
Respecto de las ayudas oficiales, Ismael asegura que nunca ha tenido suerte. «El espacio Plataforma de Andalucía de Moda es gratuito, pero mediáticamente no es importante porque carece de cobertura informativa. De subvenciones estamos muy limitados. No sé si es una cuestión de suerte o es que hay pocos fondos reservados para este oficio. De todas formas somos demasiados. Todo el mundo hace algo relacionado con la moda, a la que no considero un arte. La moda es muy cambiante, pero se está popularizando y con eso lo único que se consigue es poca originalidad; es muy difícil innovar. Le veo un futuro muy crudo, aunque lo que tendríamos que hacer es salir del circuito de ventas de Andalucía y abrirnos a nivel nacional e internacional. En mi caso, la mayoría de mis clientes son extranjeros o de fuera de Sevilla. Aquí la gente es muy clásica».
Críticas a los críticos
Ismael Gómez Figueroa no se muerde la lengua cuando habla de los críticos de moda que, a veces, hablan desde el desconocimiento. «Debería haber más seriedad, porque se da más importancia al mundo frívolo de los famosos que a las colecciones que se exhiben. De todas formas, cuando el trabajo es bueno se difunde como es el caso del diseñador Nicolás Vaudelet, del que todos los medios de comunicación se han hecho eco, porque en el fondo, cuando las cosas están bien hechas, no queda más remedio que valorarlas».
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