Grace Coddington vuelve de nuevo a las librerías

 

 

Grace Coddington, a la que llaman el corazón de la moda, en contraposición del cerebro, que sería Anna Wintour, las dos auténticos puntales de Vogue, vuelve a las librerías. Y vuelve, en su primera etapa, casi por Navidad. Casi, porque la reedición de «Grace: Thirty Years of Fashion at Vogue» (Editorial Phaidon) está al caer en esta semana, la tercera de noviembre, como han anunciado los editores y advertido que habrá pocas copias en circulación. Podría ser el regalo adecuado para tantos y tantos admiradores de esta pelirroja curtida en mil batallas.

 

 

Para la segunda parte habrá que esperar hasta el otoño de 2016. En esa fecha se publicará la continuación de sus vivencias en la moda, que datarán desde el año 2002 hasta el presente. En la primera parte, que está al caer si no ha caído ya cuando salga esta entrada, la directora creativa de Vogue USA desde 1988 recoge un manual muy didáctico en el que expone cómo es y ha sido su trabajo. El libro llevaba más de diez años descatalogado, pero su publicación ha tenido que ver con la popularidad que obtuvo la estilista desde su aparición en el documental The September Issue.

Dirigida por RJ Cutler, en la cinta se puede ver cómo se cocina el número más importante del año para las revistas de moda (el del mes de septiembre), los nervios, la tensión e incluso los momentos de relajo. El libro, que pronto estará en la calle y para el que habrá que estar atenta antes de que se agote, contiene más de trescientas ilustraciones de la autora. Ahí están sus «interpretaciones» de sus gatos, de personajes como Karl Lagerfeld, periodistas como Suzy Menkes o la todopoderosa Anna Wintour.

 

Es verdad que Coddington ha estado en los dos lados de la trinchera. Fue modelo hasta el año 1968. Se recuperó de un accidente de coche, en el que perdió el párpado izquierdo y la mantuvo alejada un tiempo del mundo de la moda. Al regresar lo hizo como estilista junior en la edición británica de Vogue y fue realmente en Londres donde comenzó su carrera hacia el estrellato, echando de menos Anglesey, la isla galesa donde nació.  “Haga lo que haga tendré siempre la cabeza pegada al cuerpo”. Con esta frase acaban sus memorias. Pero, claro, visto lo visto, ella será siempre el corazón. Porque la Wintour es el cerebro.