FIMI pega el estirón

 

 

«Todos ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres», decía Maquiavelo en «El Príncipe». Un sentencia que se puede aplicar perfectamente al mundo de la moda. Todos ven lo divertida, lo diferente e incluso lo ¿relajante? que puede ser una feria, del sector infantil en este caso, pero muy pocos palpan la verdadera realidad. La realidad no es otra que un decidido esfuerzo por sacar adelante una cita con todas las empresas implicadas en el sector. Sacarla adelante y que todo el mundo salga contento. Misión casi imposible.

Se acaba de celebrar en la Casa de Campo de Madrid la LXXX edición de la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil, FIMI,  (www.fimi.es) que surgió en Valencia y que ahora ha recalado en Madrid por cuestiones prácticas; o sea, ser la capital de España y por tanto estar muy bien comunicada. Hasta allí llegaron un total de 370 marcas procedentes de 20 países, que ocuparon el cien por cien del espacio expositivo, que en esta edición ha pegado un estirón, al crecer la oferta un 23% respecto de enero del pasado año.

 

La animación era evidente entre los expositores. Había compradores chinos, de los que se gastan el dinero, decía María Jesús, de la firma sevillana Kobez. De África del Sur, alemanes, argentinos, belgas, árabes buscando siempre las prendas más rococós, que haberlas haylas; turcos, rumanos, rusos checos…El inglés era el idioma más usual, aunque el brasileño, el italiano y el francés no se quedaban atrás. De todas formas, en la «avenida de los andaluces» más de uno evocó a la Cruzcampo, a pesar del frío reinante.

Porque en la presentación de las colecciones otoño-invierno 2015-2016, los andaluces tienen mucho que decir. Cada vez es más larga la nómina de los que cogen el AVE y se plantan en Madrid para no perderse este gran escaparate internacional de la moda infantil. Allí estaban, entre otros, Mayoral, de Málaga, y la principal empresa del sector en España; los sevillanos Pilar Batanero, Kobez, Mariquilla, Nekenia, José Varón, La  ormiga (la hache es la propia hormiga en el original logo), que llegaron de Écija y Paqui Barroso, de Cádiz.

 

«Esta alegría a la hora de hacer pedidos parece un síntoma de que la crisis está pasando página», decía un empresario de Madrid contento con el movimiento que durante el fin de semana ha tenido la feria. «Ya no se limitan a mirar y preguntar por curiosidad; ahora vienen a comprar», aseguraba una firma de Alicante, veterana en estas lides. Porque en FIMI ha habido tendencias para todos los gustos: De sport, de vestir normal, de vestir recargado, de vestir con clase, de princesas de medio pelo; de pelo entero, de lolitas con ínfulas de barbies; de rockeros. Pero eso, sí, manteniendo el listón de la calidad muy alto. En España se hace muy buena moda infantil.

 

Así lo demostraron en la pasarela Sanmar, Lion of Porches, Tartaleta, Pilar Batanero, Lea Lelo, Barcarola, Losan, Bimbalina, Mayoral, N+V Villalobos+ Nieves Álvarez, Foque, Ágatha Ruiz de la Prada Baby, Zippy, Cóndor, Name it, La ormiga, Mi pequeño Lucas, Oca Loca, Bóboli, Redskins Junior, Tutto Piccolo y José Varón. Se seguirá llevando el azul en toda su gama de colores, el gris perla y ráfagas de colores. Más intensos en Agatha, para quien el color es indicativo del estado de ánimo y moderados en el resto. Algo así como si  diéramos el parte meteorológico.