No me canso de escribir que la belleza, como dijo Emilio Zola, es un estado de ánimo. Claro que si a ese estado de ánimo le insuflamos una ayuda tangible, pues estaremos tan irresistibles que no nos toserá nadie. Ni nos toserá ni nos saltará a la torera. Elizabeth Arden, ya saben, la firma que fundó una señora convencida de que no hay mujeres feas, sino mujeres que no saben arreglarse, acaba de dar con la tecla estética para esta temporada.
La tecla, para entendernos, es «Golden Opulence», una colección limitada de maquillaje, el pasaporte perfecto para un otoño atrevido y glamuroso, como reza la nota de prensa, que ya saben mis seguidores que soy una rendida admiradora de las notas de prensa. O lo que viene a ser lo mismo, el cómo me las maravillaría yo para relatar una historia con cuatro datos. Aquí los datos son unos productos que llevan el marchamo de calidad de la legendaria firma.
Inspirándose en el barroco de algunas pasarelas (en otras todo ha sido un canto al «feísimo» reinante) Elizabeth Arden ha lanzado una línea de maquillaje, que define el rostro y le da luz propia, si previamente la piel está radiante y limpia, cuestión que mucha gente olvida. Luego, los ojos se vestirán de verdes otoñales y marrones mates con detalles de brillantes dorados metalizados. Los toques finales incluyen un delineador negro intenso y un brillo de labios en tono melocotón.
«La nueva colección «Golden Opulence»- dice Rebeca Restrepo, maquilladora global de Elizabeth Arden, captura las tendencias de moda actuales en una paleta de maquillaje multiefecto. «El iluminador permite a la mujer lucir una piel increíblemente bonita, muy luminosa y natural. Las cuatro sombras de ojos y el delineador líquido son las herramientas perfectas para lograr un «look» mas sofisticado en segundos». Así que, no lo piense, y manos a la obra.