Los bolsos de la firma italiana Vº 73 nos invitan, como cantaba Gurruchaga– ¿te acuerdas-, a viajar con ellos. No sólo son de gran utilidad para que sean nuestros inseparables compañeros diarios, también nos ayudarán en nuestras escapadas o largos desplazamientos. Qué importante es contar con un accesorio que dé la talla no sólo en estilo, sino en contar con la capacidad justa para que nos quepa toda el equipaje. Los bolsos Vº 73 son ya conocidos por mis lectores. Llevan el apellido sostenible y además son de los que dan la cara. Muchos de sus diseños llevan escrita la leyenda «I’ Am A Responsible Bag”. Los puedes ver en medio mundo, pero en Sevilla los tienes en la tienda de Aurora Viu, que está en El Porvenir.
Los bolsos Vº73 fueron creados por la veneciana Elisabetta Armellin, quien se inspiró en su bella ciudad para «edificar» cada modelo. Porque es precisamente la arquitectura de la ciudad de los canales la que más se asoma a cada pieza, sin caer en el barroquismo; o sea, conservando su sello minimalista. Desde que surge en el año 2011 hasta nuestros días, Vº73, como es lógico, ha evolucionado sin apartarse del camino del crecimiento y del éxito. Desde 2018 forma parte del grupo Miriade y se ha expandido más allá de Italia. En estos momentos está presente en Portugal, Grecia, España. Polonia, Ucrania, Albania, Georgia, Rusia, Armenia, Lituania, Alemania o Irán.
Ahora que se acerca la Semana Santa y todos hacemos cábalas y planes para disfrutar de esos días de asueto, los bolsos Vº73 nos facilitan el viaje con todo tipo de modelos de gran formato o adecuados a nuestras necesidades. Tienen el diseño perfecto para cada ocasión. Son de calidad, doy fe, además de originales. Van «contando» a los cuatro vientos que comulgan con la sostenibilidad. Es decir, que quieren un planeta mejor. Ya saben, la sostenibilidad se rige bajo el principio de asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Siempre sin renunciar a la protección del medioambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social. Así que, adelante, ¡a por ellos!