A Rusia con la moda infantil

La moda infantil española, que sigue dando el estirón como un niño después de una gripe, y eso a pesar de la crisis, se ha ido a Rusia. Y desde Rusia con amor, con  ese amor que ponen nuestros diseñadores patrios, a falta de reconocimiento oficial a la madurez del sector, ha triunfado. No era para menos. 

El desfile estuvo organizado por la asociación Children’s Fashion Europe en la Feria CPM de Moscú. Participaron seis firmas internacionales, las españolas Barcarola, Bóboli, Cóndor y Mayoral y las alemanas Blue Seven y Pampolina. Todas mostraron al público sus colecciones de primavera-verano 2011.

Barcarola, Bóboli y Cóndor ya habían exhibido sus propuestas para los calores próximos en la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil de Valencia (FIMI), el pasado mes de junio. Así, que Barcarola  llevó a Moscú los aires marineros de su colección, el azul marino en contraste con el marfil y el rosa, en tejidos finos como el lino, los encajes de algodón, los piqués o las sargas, que dan vida a elegantes vestidos, americanas marineras, bermudas, tops con grandes escotes en la espalda, minifaldas y shorts ligeramente abombachados.

Por su parte, Bóboli,  presentó su colección Chic Nomads, inspirada en las ciudades indias, tan de moda en los últimos tiempos en que lo oriental es sinónimo de vida sana y natural, porque viene de la India, antes era porque venía del campo. Bueno, pues Bóboli, con una paleta de color alegre y muy extensa, equipó a las niñas con vestidos de cuadros y estampados geométricos y a los niños con cuadros grandes estilo Madrás.  Cóndor sigue arropando los sueños de los más pequeños y así se lo hizo saber a los moscovitas. Su colección para el próximo verano está basada en cuatro grandes líneas, según el tejido utilizado: el plumetti, de suaves flores estampadas; la bambula, que le da un halo romántico a los camisones, los pijamas y las batas; el popelín cien por cien y el lino. En los conjuntos predomina el frescor y la confortabilidad, tan necesarios para dormir a la pata la llana, sobre todo los más pequeños. Mayoral también mostró sus propuestas y la moda española volvió a pasar con excelente nota el examen de una pasarela.

El verano 2011 de Cóndor

 

La salud de la moda infantil

 

 

 

 Porque, ¿cómo anda de salud la moda infantil? Sí, estamos en crisis y eso significa un freno, pero hay quien no se resiste a darle al acelerador. Es bien cierto, que diría un jurista, que es el sector que menos ha sufrido la recesión, hasta el punto  de que los diseñadores de adultos han visto en los pequeños su tabla de salvación. Los niños no se estancan como la economía; los niños crecen y eso significa consumo de prendas. Pero la moda infantil española, un sector de gran tradición y gran predicamento en el extranjero, se sostiene gracias a las exportaciones.

Según datos facilitados por la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil de Valencia,  Italia, país junto con Francia, Meca de la moda, sigue siendo el principal destinatario de las exportaciones de moda infantil española, con un 63,3%, seguido de Portugal, Reino Unido y Francia. A esta lista se suman Alemania, Grecia, Bélgica, México, Emiratos Árabes y Arabia Saudita. A juzgar por este informe, la moda infantil española sigue liderando el mercado europeo y abriéndose paso progresivamente en el norteamericano. Esta actitud ante la actual situación (todo el mundo sabe a qué nos referimos con la actual situación) es digna de encomio; es decir, que  con la que está cayendo  las empresas españolas del sector apuesten por diversificar la distribución de sus productos hacia mercados que están despuntando como Rusia y la emergente Polonia. O sea, que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, una manera de actuar que sólo ponen en práctica empresas con espíritu emprendedor y, por supuesto, con mucha valentía. Ya está escrito, dicen que en el Corán: «El mundo es de Dios y Dios se lo alquila a los valientes».