Todavía tienes (tenemos) tiempo de escaparnos a Granada a ver la exposición A la luz de la seda, en el Palacio de Carlos V. Está hasta el 31 diciembre y por lo visto y leído merece la pena. Hoy, cuando compramos y nos ponemos alguna pieza de seda no imaginamos que tiene su historia. La industria sedera estuvo muy extendida por toda la Península hasta la expulsión de los moriscos, sus impulsores. Se inició en Al -Ándalus (tierra de los vándalos en árabe) en el siglo IX, en los centros de Córdoba, Granada y Almería. España también tuvo su esplendor en el apartado textil mucho antes de que llegara Inditex y mandara parar. No es nuevo en nuestra historia ese papel de paladines de la moda. Por ejemplo, en el siglo XVI, Felipe II imponía su austera tendencia en las Cortes Europeas. Ya es hora, por tanto, de que reconozcamos nuestros méritos pasados y presentes.
Todo empieza con las conquistas territoriales árabes hacia el norte de África y la Península Ibérica. Como no todo va a ser negativo, los colonizadores implantaron el cultivo de la morera y el gusano que garantizaron la instalación de la industria sedera en los nuevos reinos. Al-Ándalus se convierte en la primera productora documentada a partir del siglo IX, siendo las ciudades ya citadas las promotoras de una industria especializada y próspera, escribía mi amigo, ya fallecido, José Vicente Moral. «Esta consolidación de la ruta sedera- continúa- se verá reforzada por las expediciones guerreras de los reinos cristianos hacia Oriente Medio. Las Cruzadas llevan implícitas a sus vindicativas ansias religiosas las pretensiones de recuperar los puertos orientales que controlan el comercio con sedas y especias».
Según le he leído a José Luis Delgado, «era la seda un producto de lujo que la Granada musulmana exportaba a todo el Mediterráneo; luego los cristianos trataron de mantenerla y llevarla a América. Las Alpujarras eran un extenso bosque de moreras y morales (moreras negras y blancas) que daban un perfecto alimento al gusano de seda. Se prefería la morera blanca porque la seda era más fina; incluso se llegó a prohibir la plantación de moreras negras para mantener la calidad del producto granadino frente a los murcianos y valencianos. Lo que sería hoy la denominación de origen». También cuenta que Granada, según el cronista Antonio de Lalaing, era muy comercial «principalmente en sedas porque los mercaderes compraban aquí las mejores y las trabajaban en Italia. Los paños se vendían en el Zacatín y se confeccionaban en la Alcaicería. Curiosa palabra que significa casa del César (al- caesaria), de donde se deriva Alcaicería». Es sólo un aperitivo antes de darnos el gusto de contemplar una exposición que habla de la historia de España y donde la moda y su más firme bastión, la artesanía, siempre tienen, como debe ser, su capítulo de honor.
5 comentarios
Hola, me encanta este blog porque me informo de muchas cosas. Es muy profesional, Me gusta mucha el cuentahílos, aunque todo en general.
Sigo este blog desde hace bastante pero es la primera vez que escribo. Me gustan estos artículos pero también me gustaría que se hablara más de belleza y de tratamientos en centros serios, que los hay. Esa es mi propuesta. Buenas noches y que descanséis.
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Estupendo artículo Clara. La ruta de la seda, uno de los míticos caminos llenos de historias que se perdieron. Me ha gustado mucho.
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