Es verdad que lo bueno, lo delicado, lo especial, no es ostentoso; es más bien discreto. Hay quien camina como si no pisara el suelo y hay quien desprende un aroma etéreo, armonioso, sutil. Precisamente de sutilezas vamos a hablar hoy; de sutilezas olfativas; de esas notas que se van esparciendo y que envuelven lo que nos rodea como un susurro. El lujo nunca levanta la voz; el verdadero lujo es silencioso. De no ser así no sería lujo. De esa manera lo entendió Coco Chanel y sus herederos han seguido su estela en todas las teclas que toca esta Casa.
La historia de estas sutilezas «chanelianas» empieza el año 2007 con la creación de «Les exclusifs de Chanel», trece aromas especiales, distintos y distinguidos con los que se homenajeaba el mundo creativo de la inefable Coco. Del lirio amaderado al vetiver ahumado, pasando por la lavanda o la semilla de hibisco almizclera, esta colección olfativa representa a la perfección la esencia del perfume, según Chanel. Ahora, una nueva invitada se ha venido a unir a esta exquisita cohorte. Los laboratorios de la firma, abanderados por Jacques Polge y Christopher Sheldrake, han desarrollado una crema o malla hidratante con una misteriosa e importante misión: retener las moléculas olorosas del perfume, de cualquiera de estos trece perfumes exclusivos, que se rocían por encima.
Es una base sutil, capaz de ejercer de perfecta anfitriona de la fragancia elegida, ya que tiene la elegancia de darle su merecido protagonismo, haciéndole sentir como en casa. Una emulsión ligera, suave y aterciopelada, que envuelve a la piel en una especie de velo a la espera de recibir una de las trece esencias. La armonía de todas sus notas permite aumentar la permanencia del aura exclusiva. La combinación de la crema y de «Les exclusifs de Chanel» prolonga la persistencia impecable del perfume. Así, a la chita callando. Sin levantar la voz, con esa elegancia que Balzac definió como «la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos».
2 comentarios
No se absolutamente nada de moda, pero un día entré aquí y me quedé colgado con la manera de escribir de Clara Guzmán. Hoy, en este artículo de cremas caras, he leído cosas como esa de que el lujo no levanta la voz. Los cuentahílos son para enmarcarlos, a qué esperan esos señores de marketing o a lo mejor es que esta señora quiere ir por libre.
Los perfumes y las cremas de Chanel me dejan fascinadas.Probaré esta.Me la regalaré para mi cumple. Gracias. Tienes un blog fantástico.
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