
En España las bodas siguen costando un Congo o un Potosí, expresiones muy en desuso porque tienen una edad y ya saben que por la boca muere o vive el pez. Nadie escatima en un enlace matrimonial ya sea religioso o civil. Se supone que es un día especial y único, se supone. Entonces todo el mundo tira la casa por la ventana: los novios, el padrino, la madrina y demás familiares y afectos. Claro que también el presupuesto de todos los servicios sube como la espuma cuando se trata de una boda. Saben que nadie va a negarse por un puñado más de euros… Pero además de todos estos elementos efímeros, a pesar de su coste, están las joyas nupciales, que son eternas, como las de Wempe que hoy traemos a telademoda.




La colección de joyas abarca una gran variedad, que es lo que siempre queremos todos, un amplio abanico donde recrearnos antes de decidirnos. Los estilos y los materiales van desde los refinados collares de flores y Riviére a colgantes voluptuosos que enmarcan el cuello y aportan luz y calidez. Los pendientes los podemos encontrar desde los clásicos de botón a las criollas o los alargados que añaden sofisticación y movimiento. Las pulseras son delicadas -me pido la estilo tú y yo con una perla y un brillante-; a veces van pobladas de piedras de colores, con ese toque innovador que se ha introducido en el conjunto nupcial y que empezó tímidamente por los zapatos y la manicura, en las antípodas del blanco.



Son joyas acordes con la personalidad de la novia, que la hacen continuar siendo ella misma, sin necesidad de disfrazarla para que sea la auténtica protagonista de la jornada. Wempe tiene un recorrido avalado por sus distinguidas piezas, una marca sinónimo de alta joyería y relojería. Una empresa familiar con sede en Hamburgo, dirigida por Kim-Eva Wempe, nacida en 1962, que cuenta con treinta y cuatro sucursales en ciudades de todo el mundo, entre ellas Madrid. La compañía ha estado estrechamente ligada durante generaciones a prestigiosas manufacturas relojeras de Suiza y Alemania. Wempe produce su propia marca Glashütte I/SA de cronómetros de pulsera en Glashütte, así como su propia marca de joyería by Kim, en Schwäbisch Gmünd.