GREENER, ROPA QUE PURIFICA EL AIRE

por Clara Guzmán

Foto: ©Paula Andrés @decoherence_

¿Te imaginas llevar una prenda que además de vestirte contribuya a cuidar al tan maltratado planeta? No es ciencia ficción, es una realidad que han puesto en marcha dos jóvenes españoles. Se trata de Mónica Gilarranz Alba y su pareja Fernando José Pérez Rodríguez. Ella tiene 26 años es física y cuenta con dos másteres en Dirección y Gestión de Proyectos; por su parte, él es ingeniero informático, licenciado en Administración y Dirección de Empresas, además, de, a sus treinta años, especialista en inteligencia artificial. O sea, dos portentos que han creado Greener, una firma de moda auténticamente sostenible, a juzgar por las entidades que han testado las propiedades de sus prendas. Abogan por un consumo responsable, por eso crean colecciones unisex y asequibles. Pero sobre todo apuestan por un mundo «Greener», mucho más verde.

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La idea se les ocurrió durante la pandemia. «Nos sentíamos muy limitados por nuestros trabajos y queríamos hacer algo por el planeta. ¿Y si hiciéramos ropa que, como un árbol, sirviera para purificar el aire? Nos pusimos a investigar y vimos que se habían hecho colecciones con algas, pero efímeras, sólo para exhibirlas en una pasarela. Nosotros queríamos algo funcional y dimos con ello. Nuestras prendas limpian el aire de los gases contaminantes, los descomponen y los componen en minerales microscópicos que caen al suelo». Los escépticos pondrán el grito en el cielo, pero las propiedades de estas prendas han sido testadas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Alicante y el Instituto Valenciano de Microbiología.

Foto: ©Paula Andrés @decoherence_

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Con estos avales echaron a andar hace dos años y medio. «Trabajamos con algodón orgánico y tintes sostenibles. La ropa es unisex, así reducimos, al poderse compartir, la cantidad de prendas en un armario, y acabamos también con los roles de género. Además, donamos el 10% para la reforestación de los bosques y la recogida de plásticos en el Mediterráneo». Dicen que los precios son asequibles. «Si los subimos reducimos el número de consumidores de Greener. Cuanta más gente vaya por la calle con nuestra ropa, mejor para el planeta. A Madrid le faltan árboles – venir a Sevilla, les digo, y veréis la arboleda perdida, literalmente hablando- y queremos hacerlo más verde. De ahí el nombre de nuestra marca».

Foto: ©Paula Andrés @decoherence_

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En Greener encontramos camisetas, sudaderas, chaquetas, abrigos, pantalones cortos y largos, cortavientos y accesorios como gorras, gorros, mochilas y bolsas. «El tallaje-dicen- va desde la XS a la XL y en muchas prendas a la XXL. Los colores son naturales, que transmitan calma y paz y el tacto, suave y agradable. Hemos huido del aparatoso etiquetaje que suelen tener las prendas actuales y que causan molestias e irritan la piel». Les pregunto si son «made in Spain» y me dicen que no, que la producción se hace en Bangladesh. Ante mi sorpresa me indican que trabajan con un certificado ético. «Si esa producción la traemos a Europa, los hundimos. Además, si la hiciéramos en España tendríamos que contar con un «stock» más voluminoso y en nuestro caso es imposible porque acabamos de empezar».

Foto: ©Paula Andrés @decoherence_

Por ahora, las prendas Greener se venden en su página «online» (https://greenerwear.eu) además de en Colmena Concept Store de Valencia, y desde el sábado en la librería Antares de Segovia. En esta misma ciudad estarán en septiembre en un centro comercial sostenible. Me dicen que la ropa de Greener siempre está limpia, que se lava a 30 grados, que hay que evitar la secadora y que es cierto, como dice Marta D. Riezu en su libro «La moda justa», que lo más sostenible es lo que no se hace. «Hay que comprar prendas que duren y sobre todo pensar antes lo que vamos a adquirir. Ahora trabajamos con empresas, bien para hacer sus uniformes o para reciclar los que ya tienen, a los que tratamos para que purifiquen el ambiente. También hemos entrado en contacto con los colegios. Vamos poco a poco, pero convencidos de que tenemos que hacer un planeta mejor».

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