«Cualquiera puede estar lleno de animación y de buen humor cuando va bien vestido. No es ningún mérito». Esta frase lapidaria la dijo Charles Dickens, uno de los escritores ingleses más famosos de la época victoriana. Pero si ir bien vestido es el summum, ir bien calzado es tocar con los dedos (de los pies) la gloria. Lo dijo otro escritor, este ya español, Francisco Umbral: «hay que ver cómo le ponen pedestal al alma unos zapatos bien elegidos». Y si me dan a elegir (siempre andamos eligiendo, que se lo digan a «Los Chunguitos«, que eternizaron su canción elegida) caigo en la red de este par de destalonados. Son naranjas con vivos en ante malva. Y son de la firma española Mascaró. ¡Qué le voy a hacer si soy una viajera frustrada! Eso dicen los psicólogos de todos aquellos que se pierden, nos perdemos, por unos zapatos.
La firma menorquina lanza las redes este verano y será casi imposible no caer en ellas. Sus diseños literalmente nos atrapan. Empecemos por el modelo Phoebe, que abre este artículo de telademoda. Es un modelo clásico de corte destalonado con el añadido de la red, compuesta además por un 40% de material reciclado. El reciclado en el sector de la moda es un aspecto que cada vez interesa más al consumidor. En muchas ocasiones porque es una manera de acallar la conciencia. Esa conciencia de apostar por una moda sostenible que cuide del planeta, de los derechos de los trabajadores y de la economía. Por su parte, la sandalia Mykonos, anudada al tobillo, está destinada a esas mujeres que es sentir un rayo de sol y buscar el calzado adecuado para exhibir los pies. Tanto uno como otro modelo se lanzan a una combinación de colores arriesgada y aciertan de pleno. Al menos a mí me lo parece.
Ahora vamos a escribir un poco acerca de Mascaró. De entrada, es un negocio familiar, una marca independiente con más de cien años de experiencia en el arte de hacer zapatos. O sea, con un considerable bagaje en el sector del calzado. Es española. Cada par está cuidadosamente manufacturado en la mediterránea isla de Menorca, preciosa isla, en un proceso en el que intervienen más de sesenta manos y con los mejores materiales y calidades. Cuando elegimos Mascaró estamos apoyando la economía circular de la isla. Y la economía circular, dicen los que entienden, es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende. Pero además apoyamos a una compañía que cuida a sus empleados, proveedores y clientes y es respetuosa con el medioambiente. O sea, una marca de moda que hace bien sus deberes.