Mascaró vuelve a estar «sembrá», una expresión andaluza que podríamos traducir como acertada. Un acierto, pero un acierto para el gusto de la mayoría, con lo difícil que es conseguir ese galón. La firma de calzado menorquina ha sembrado esta temporada flores en algunas de sus sandalias, como si atendiera al pie de la letra la petición cantarina de las hermanas Flores: «Flores, flores, queremos flores, flores…» Las flores son las invitadas de la primavera, las que nos embadurnan las ciudades con sus colores y olores y como comprenderán no las vamos a dar de lado. Las vamos a dejar que nos vistan por los pies. Gracias, Mascaró.
¿Y cómo son esas flores? Pues a saber: En algunos diseños conforman un pequeño ramillete hecho a mano, pétalo a pétalo, con la maestría y minuciosidad que caracteriza a Mascaró. Otros modelos van adornados con grandes flores de colores, cuyos pétalos y hojas cuentan con un alambre articulado que permite modificar la posición de éstas. Elaboradas también de forma artesanal, estas flores conforman un juego de texturas dotado de un ligero movimiento, que celebra la belleza en sí misma. Y el movimiento se demuestra andando. Como lo demuestra Mascaró, una firma internacional especializada en la fabricación de calzado. Fundada en Menorca en 1918 por los hermanos Antonio y Pedro Mascaró, es Lina Mascaró, perteneciente a la tercera generación familiar, la que dirige actualmente la compañía.