La unión entre una sorprendente colección de joyas y el oficio de una fotógrafa como Karen Collins tiene que dar un resultado muy jugoso para los amantes de la belleza. Chaumet ha lanzado una nueva colección de alta joyería, «Insolence», a la que le echó el ojo Karen Collins, una estadounidense que vive en Nueva York y que estudió fotografía después de haber estudiado literatura francesa. Una buena combinación.
Karen Collins ha colaborado con «Numéro», «Stiletto» o «Vogue», publicaciones que han contribuido a la formación de su estilo personal, al capturar momentos de intimidad y sensibilidad táctil a través de la luz y el color. Un fotógrafo se fija en lo que otros pasan por alto. Tiene esa capacidad de captar el momento, ese instante maravilloso que suele pasar inadvertido para el resto de los mortales. Ese es el fotógrafo diez.
Una efímera galería de arte instalada en el número 12 de la Plaza Vendôme, en París, realizada por Karen Collins, expresa la feminidad y la sensualidad de la colección. La fotógrafa juega con el tema de «Insolence» como una segunda naturaleza, haciendo referencia contemporánea a los maestros de las Bellas Artes del siglo XVIII y a los grandes vanguardistas de la fotografía de arte como los referentes Man Ray o Brassaï.
La colección de joyas de Chaumet también tiene una historia digna de ser contada y reflejada en esas delicadas imágenes de Karen Collins. Es la historia de una cinta de diamantes y de una cadena de cuerdas de oro rosa que se juntan para entrelazarse y después desatarse. Ya saben, el caprichoso juego de la dualidad. El nudo de arco a punto de ser deshecho evoca transgresiones ligeras, sutiles, delicadas.
Pero es bien cierto que si se trata de las joyas Chaumet, la reina María Antonieta está siempre en el magín de sus diseñadores. No es la primera vez que así ocurre. En esta ocasión, la colección «Insolence» está inspirada en las cintas que tanto le gustaban a la reina que perdió literalmente la cabeza. La austriaca María Antonieta, reina consorte de Francia, al casarse con Luis XVI, fue guillotinada en octubre de 1793.
Inspiradas por las cintas y las guirnaldas enjoyadas de la Belle Epoque, los nudos de Chaumet siempre han simbolizado los lazos de amor y afecto en la tradición de la joyería romántica. El lazo eterno o cuasi eterno, tampoco nos vamos a poner radicales, reclama un compromiso de amor sereno. Dicen en Chaumet, que suave y despreocupadamente tejido, se deshace fácilmente en la intimidad, con «Insolence».