Libros. El novio chino

por Clara Guzmán
Telademoda

Foto: Telademoda

Me he leído «El novio chino» de una sentá en el AVE. Es decir, en prácticamente cinco horas, lo que transcurre de ir y volver de Madrid. Y me lo he leído a pesar de esos contumaces usuarios del móvil que cuentan en público, con la insolencia de un goteo de grifo a media noche, todas sus peripecias vitales. Sí, como si estuvieran en un íntimo «tête à tête», que diría un francófono. Y ha sido así porque esta obra de María Tena consigue abstraerte por su agilidad, su ritmo y un lenguaje sencillo para una historia compleja. Compleja porque, desde el primer momento y en el inolvidable arranque de la novela, editada por la Fundación José Manuel Lara, se hablan de sentimientos, de miedos e inseguridades: a la vejez, a la soledad, al desamor, a la ruina económica, al fracaso laboral…

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María Tena. Foto: Javier Albiñana

«El novio chino», X Premio Málaga de novela 2016, es una obra contemporánea; es decir, una novela que refleja la arrolladora vida de la sociedad de hoy, donde, por muchas máscaras que se le pongan y por muchas triquiñuelas estéticas, la soledad se cuela de rondón, sin excluir a nadie ni por sexo, edad ni condición. La autora se ha inspirado en la vida de Carlos Telmo, conocido profesional andaluz de las relaciones públicas y el protocolo, a quien tuvo bajo sus órdenes cuando era comisaria del Pabellón de España en la Expo de Shanghai. Y es precisamente en esta ciudad, la más poblada de China, donde transcurre la novela, con la consiguiente confrontación entre dos culturas tan antagónicas, pero con el amor echándole un pulso a lo establecido.

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Presentación del libro. Eva Díaz Pérez, María Tena y Carlos Telmo. Foto: Facebook

En estas cinco horas con «El novio chino», no sólo me he emocionado, sino que he descubierto la vertiente «positiva» de una autora, que me recordó en muchos pasajes a mi gran descubrimiento del verano pasado, Lucia Berlin. No hay nada escabroso en la novela, nada turbio ni oscuro y si hipotéticamente lo hubiera, María Tena le da ese aire de naturalidad que tiene todo antes de pasar por el negociado de los prejuicios. Natural es que una pareja de homosexuales se quiera o tenga sus escarceos amorosos, porque no hay nada como transformar lo retorcido en sincero minimalismo para que la vida sea más llevadera. No obstante, en el trasfondo de «El novio chino» veo la soledad del hombre de hoy, aunque se parapete en una apabullante vida social, que es sólo un elaborado maquillaje existencial. Maquiavelo ya lo dejó escrito en El Príncipe: «Todos ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres…»

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5 comentarios

Maite 28 marzo 2017 - 11:27

Hola a todos. Anoche me acabé el libro y yo también lo recomiendo. He visto mucha ternura en sus página y mucha sensibilidad. Soy una seguidora de Carlos Telmo desde hace años. Un beso.

Fran Cisneros 26 marzo 2017 - 22:45

Deseando leerlo.

María Tena 26 marzo 2017 - 22:40

Querida Clara:
Muchas gracias por tu comentario de «El novio chino». Tan conciso y tan inteligente. Has captado perfectamente el tema. El amor y la soledad de esas dos personas tan distintas. La dificultad de quererse en este mundo movedizo.Y muchas cosas más. Me ha encantado.
Un abrazo.
María

Clara Guzmán 26 marzo 2017 - 22:46

Buenas noches, María. Muchas gracias por tus palabras, pero si lo he captado es porque has sabido transmitirlo. Enhorabuena por tu novela y enhorabuena a mi querido amigo Carlos Telmo por ser tu inspiración. Un abrazo, Clara.

Carmina 26 marzo 2017 - 22:27

Que ganas de leerla me han entrado. Me fío de sus palabras.

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