Miguel Ángel Robles, en la presentación del libro
De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda hablar de energía (positiva, por supuesto) como si fuera un quijotesco bálsamo de Fierabrás que lo curara todo. Vamos, que convierte al apático en diligente y al apagado en luminaria. Pero de repente te das de bruces con un libro que tiene argumentos sólidos y más que suficientes para hacerte pasar con armas y bagaje al otro lado de la frontera; o sea, a la del vaso medio lleno. Porque en sus páginas se deshacen, con ejemplos palmarios, todos esos lazos que habías atado desde pequeño con una educación del «no nos moverán» de unos principios fundamentales para ser un hombre (en genérico) de provecho. Este libro se llama «Exitocina. La hormona del emprendimiento» y tengo que reconocer que leerlo me ha supuesto un subidón de oxitocina, la llamada, para abreviar, hormona de la felicidad, con la que, precisamente, juega el título.
El emprendedor sevillano Paco Ortiz
El libro lo ha escrito el periodista Miguel Ángel Robles a partir de las vivencias de un emprendedor nato, el sevillano del barrio de Los Pajaritos, Paco Ortiz. La obra está ilustrada con los dibujos de Paco Pérez Valencia y el prólogo es de Alain Uceda. A Paco Ortiz tuve la suerte de escucharlo en la Fundación Cruzcampo y tengo que reconocer que su discurso fue diferente al de toda esa sarta de conferenciantes, la mayoría dotados de una prodigiosa labia, que han surgido en estos tiempos de gran profusión de espadas de Damocles sobre las cabezas de los españoles. Me llamó la atención la gran pasión que ponía al contar su trayectoria: una noria en la que giraban éxitos y fracasos en las empresas que ponía en marcha. De unos se alegraba y de los otros aprendía. Por eso quise conocer el ideario de este hombre para quien la confianza en uno mismo es más importante que la experiencia a la hora de emprender un negocio.
El primer libro de la historia al que el lector le pone precio
Es verdad que somos educados para encontrar seguridad en el grupo; para no salirnos de la norma establecida, con la vaga intención de que esta actitud nos hará felices. Esa seguridad, ese tener un trabajo fijo, nos ha alejado de dar pasos al frente, salir de la manada, y arriesgarnos a crear la empresa con la que materializar nuestro sueño. ¿Alguien se extraña de que la mayoría de los jóvenes quiera ser funcionario? Paco Ortiz también desbarata la idea de que ocio y negocio están en las antípodas; o de que el empresario es un codicioso que sólo quiere hacerse de oro, sin tener en cuenta a la comunidad. Estas y otras pautas de conducta aprendidas durante años son derribadas en esta obra con convincentes argumentos. Pero lo más curioso es que «Exitocina.La hormona del emprendimiento» es el primer libro de la historia al que los lectores le ponen precio. Todo aquel que crea que le ha aportado algo valioso podrá ingresar el dinero que considere oportuno en un número de cuenta que figura en las solapas del libro, además de en la web promocional de la editorial Samarcanda, (www.exitocina.com), donde podrá adquirirlo contra reembolso.