Artesanía y además hecha en España son dos de los activos más importantes de la moda patria. La artesanía, tan poco valorada en nuestra tierra, empieza a coger vuelo, afortunadamente. Hay un gran trabajo detrás de cada pieza, un trabajo a veces en vías de extinción porque no todo el mundo está dispuesto a echar horas minuciosamente para que su labor no sea reconocida.
Acabo de conocer las alpargatas Vidorreta, realizadas en Cervera del Río Alhama, en La Rioja, y me gustan. Me parecen atractivas, estilosas y bien hechas. Un calzado que ha ido ganando enteros en los últimos años por su comodidad y por sus diseños, que se ajustan a las tendencias, lo que permite que muchas mujeres opten por este zapato tan práctico para los meses de verano, donde relajarse empieza por la base.
La nueva campaña de esta primavera -verano está protagonizada por los modelos Sandra Gago y Manuel Alves. El escenario ha sido la luminosa y bulliciosa ciudad de Valencia y el objetivo de Jorge Cueto, el encargado de inmortalizarlos. Para la mujer hay una gran variedad de modelos, para que vistamos el pie según el momento del día e incluso de la noche, más festivo pero no por ello incómodo.
En la colección destacan el colorido y los nuevos tejidos, que son cosidos a mano por los artesanos de la firma. Cervera del Río Alhama está considerada como «la cuna de la alpargata» y Vidorreta destaca por la investigación en I+D, que marca la diferencia con otras marcas. Tradición y modernidad, de la mano. Ese marchamo que les permite conquistar mercados y no perder comba con los consumidores.
Pero los hombres también tienen su colección en Vidorreta. Los hombres, que a veces se tienen que conformar con la escasez de diseños que le ofrece el mercado en este tipo de producto, han visto el cielo abierto en la oferta de esta firma. Sus modelos no sólo apuestan por la comodidad, uno de los factores de elegir esta opción, sino por la exclusividad que es su seña de identidad.