Fran Cisneros, el paisajista fiel

Fran Cisneros  (www.francisneros.com) es un perfeccionista nato. Pero de los perfeccionistas que encima le ponen alma, corazón y vida a cada trabajo que le encargan, con lo que luego la gente se pasa días enteros babeando recordando su última hazaña. No sólo tiene formación (estudió Medio Ambiente en la Universidad de Sevilla) y una empresa, Arte del Campo y Paisajismo, sino que cuenta con un largo recorrido profesional. Esos recorridos que son los que de verdad te avalan.

Sus primeros estudios paisajísticos los realizó hace diez años para la Confederación Hidrográfica del Tajo, después de haber transmitido sus conocimientos como profesor. Más tarde se trasladaría  a Pekín para trabajar en el proyecto de repoblación del desierto del Gobi. Porque para Fran Cisneros el paisajismo engloba no sólo la parte ambiental sino la sociológica, la económica y la cultural de una zona o región.

«Se trata de interpretar la naturaleza, teniendo en cuenta estos factores. Que haya una conexión entre el hombre y la naturaleza y la manera de materializarlo es utilizar vegetación autóctona, teniendo en cuenta el beneficio no sólo para la fauna y el resto de flora, sino para el hombre, con el fin de generar riqueza: uso agrícola, ganadero, caza mayor o menor…»

«Un paisajista – apunta Fran Cisneros- no es un jardinero aunque tiene que tener en mente la sabiduría del jardinero. Pero igual que un paisajista debe tener en cuenta una serie de conceptos ambientales y sociológicos, así tiene que actuar el jardinero. El paisajista tiene una formación un poco más amplia, pero el jardín no deja de ser una interpretación del paisaje y del paisanaje».

Seguro que muchos de los lectores de este artículo han visto alguna de las muchas obras de Fran Cisneros, sobre todo esas singulares puestas en escena de bodas, desfiles de moda, cenas… En la escenografía es donde dice desarrollar su parte más creativa; esa en la que no hay pautas. No obstante, también se mueve como pez en el agua cuando le encargan que organice un jardín. Entonces su entusiasmo es contagioso.

«Lo primero es conocer cómo vive mi cliente, si en la casa hay libros, niños, animales…Con esa información el trabajo es más sencillo. Lo último es ver el espacio donde voy a trabajar. Los contrastes son importantes. Tiene que haber una estacionalidad, porque hace que el jardín esté vivo. Plantas de hoja caduca, flor de temporada, además de dejar al cliente la posibilidad de trabajar su jardín». Así es Fran Cisneros, un paisajista fiel a sus principios.