Ya he escrito en varias ocasiones, tantas como Lebor Gabala (www.leborgabala.com) ha salido en telademoda.com, que me gusta esta firma de Maite Muñoz. Una veterana en estas lides, que sabe manejar con destreza los materiales, que está familiarizada con el diseño y que, en fin, la veteranía es un grado por muchas olas que les hagan a los recién llegados al oficio.
Maite aprendió a ser grande de otros grandes como Pedro Morago o Mila y Tucho Balado. Probó fortuna en la moda Ad Lib, que se desperezaba en Ibiza, para luego volver a su Barcelona natal y bandearse por libre, libre, libre quiero ser. El punto se le da de maravilla y es una experta en mezclar colores y texturas. Cuestión nada fácil porque a veces las combinaciones no enriquecen, empobrecen.
Ahora llega la colección de otoño invierno 2015 y volvemos a experimentar esa sensación de bienestar que nos invade cuando vemos que la moda también es estética. Sí, estética. Esa que últimamente anda de huelga en las pasarelas, donde se ha instalado el «feísmo» y no hay quien lo eche ni con agua caliente por muy de buena «casa» que venga la criatura.
Aquí tenemos una colección muy trabajada, aunque sea un juego de contrastes. Un juego que lleva implícitas sus normas. A saber: Maite Muñoz ha enfrentado ideas y materiales (vaya, los enfrentamientos están a la orden del día. Ya sabemos que la moda es un reflejo de la sociedad de cada momento), pero en este caso no llega la sangre al río. Se trata de armonizar a base de unir extremos opuestos. Que no está mal.
La silueta se inspira en los sesenta; el ambiente es hippie (bueno, más bien «pijippie»), los estampados sicodélicos de los años setenta (la década a la que han vuelto la mirada la mayoría de los diseñadores esta temporada), pero el diseño es digital, y a veces pixelado. O sea, un ensamblaje entre el pasado, el presente y el futuro más inmediato.
El tejido, con texturas de relieve, se asemeja al piqué, pero son tecnológicos, de hoy mismo. Las faldas y los vestidos son o muy cortos o muy largos. Los jerséis de galgas gruesas son voluminosos, pero se llevan con prendas de gasa vaporosa. El punto fino pone la nota de color; el «tweed» se cruza con una felpa de acabado técnico y la seda se alía con lo deportivo. O sea, un juego de contrastes, pero con el sello Lebor Gabala.
4 comentarios
Buenas noches, Berta.
Sí. Lebor Gabala tiene un sello muy personal. Eso es lo que la hace diferente, a pesar de seguir las tendencias. Muchas gracias por tu comentario.
Saludos desde Sevilla.
Me gustan mucho los pantalones anchos de terciopelo y las combinaciones que propone. Ropa ponible, pero con gran estilo.
Buenas noches, Magdale Brasa. Muchas gracias por tu comentario.
A mí también me ha gustado mucho esta colección de Lebor Gabala, la firma de Maite Muñoz, una veterana en el mundo de la moda, con lo que eso significa de solidez y cordura. Ya sabes que en telademoda.com sólo salen los mejores. Saludos desde Sevilla.
Muy bonito. Me ha encantado!
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