Una de las actividades que más me gustó de la pasada edición de la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil (FIMI), celebrada en Madrid, fue la presentación de El Libro blanco de la moda infantil y la puericultura en España, 2015. El informe, con un sinfín de datos que atañen a todos los profesionales del sector, es una iniciativa de Privalia y de la Asociación Española de Productos para la Infancia (Asepri), en colaboración con el portal modaes.es, cuya directora, Pilar Riaño, fue la encargada de presentarlo a los medios de comunicación.
La respuesta a muchas preguntas que nos hacemos acerca del desarrollo de la moda infantil, no, no está en el viento, como cantaba Bob Dylan. Si acaso en un estudio concienzudo que revela algunos de los aspectos que hacen que este sector se haya mantenido terne a pesar de las inclemencias económicas. Este libro blanco aporta información sobre la estructura demográfica española, la evolución de los precios, el gasto familiar, la facturación empresarial o las ventas por producto, con fuentes del Instituto Nacional de Estadística y Asepri.
Es verdad que sociológicamente España ha cambiado mucho en diez años. Ha cambiado la moda, la forma de vida, pero sobre todo los hábitos de consumo, propiciados por las nuevas tecnologías con la venta online a la cabeza. El perfil de cliente ha variado y el sector debe andar ojo avizor para aprobar con nota esta asignatura que a muchos les ha pillado con el pie cambiado. Por eso hay que celebrar la aparición de este libro blanco, que viene a ser una especie de hoja de ruta para los profesionales del sector, en el inicio de un nuevo ciclo económico en España.
El consumidor es el protagonista de este informe, realizado a partir de los datos de un estudio de mercado llevado a cabo por Privalia, a través de un panel de consumidores de Netquest, con una muestra de más de setecientos compradores de productos infantiles. La idea que prevalece en la mayoría es que «hay que hacer un consumo responsable de productos infantiles y no dejarse llevar por el consumismo». Pero también un 67,1% pide que las marcas tengan en cuenta la ecología en la producción de sus colecciones. Una demanda cada vez más extendida.
Además de la vocación internacional de nuestras firmas patrias y de las nuevas vías para la exportación, hay otro dato que me ha llamado gratamente la atención. A saber: cada vez se valora más lo hecho en casa. Un síntoma de que el español va cambiando de mentalidad y empieza a apreciar lo propio. En la encuesta realizada, un 61,6% afirma que suele comprar marcas de productos infantiles locales o fabricados en España, pero también hay un 22,8% que considera el mercado de segunda mano una opción a tener en cuenta a la hora de adquirir artículos infantiles, algo impensable hace una década.
La relación calidad- precio es, para el 71,6% de los encuestados, la característica prioritaria que debería tener la marca ideal de moda infantil. Un 45% pide que ofrezca una garantía de productos de calidad, mientras que un 29,5% solicita que se preocupe por la seguridad de sus productos y que sea fiable. Todos estos valores expuestos prevalecen sobre el diseño, la innovación y el componente moda. Tampoco se compra al azar, el 69,9% se informa previamente y luego compra, siendo la opinión de la madre la más influyente. Interesante el libro, ¿verdad?
1 comentario
Lo mismo hasta estuvimos sentadas la una al lado de la otra…
Estoy totalmente de acuerdo en que el cliente, a mi modo de ver, cada día es mas exigente en cuento a relación calidad-precio. A mí, me apasiona la moda, pero algo que estéticamente es espectacular sin tener calidad…. uf, no me convence.
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