Decía Thomas Chalmers que la dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. ¿Qué espera esta pareja en el epílogo de su equipaje existencial? Resguardada en su isla, a salvo del empedrado, contempla, quizás por primera vez o con la familiaridad de lo cotidiano, una Lisboa, que tal vez crea joven e informal. En su aparente soledad en compañía, puede que espere a que pase la vida, invitarla a sentarse y aprovechar para decirle unas cuantas cosas ahora que no escucha nadie.
(Foto: Pepe Daroca www.darocaarquitectos.com)
7 comentarios
Soy una enamorada de Portugal y Lisboa me atrapa siempre que la visito. Cuando vi la foto me entró un ataque de nostalgia tremendo. Gracias al fotógrafo por captar tan bien el auténtico Portugal.
Gracias a todos por esos comentarios tan acertados sobre mi fotografia de una Lisboa que se asoma al Tajo, quizás con tristeza, pero más con melancolía.
Agradecer de manera especial a Clara Guzmán, no sólo por su acertado texto de foto, sino por el mérito que representa llevar adelante este blog por amor al arte.
Gracias Clara
La imagen hace pensar, pero tu texto más todavía.
Un beso, Clara
Aquí tenemos de nuevo a Lisboa, esa ciudad de pasado y esa ciudad de pasada. La tradicional «saudade» portuguesa está muy bien reflejada en la foto y en el texto que la acompaña.
Tus textos me hacen pensar y son el mejor soporte para fotos tan especiales.
Anoche vi la foto y me pareció muy triste y ahora la acabo de ver y me da paz. Las fotos hablan, tú lo has dicho siempre, Clara.
Hola a todos. Me gusta esta sección de cuentahílos. La foto es muy íntima y envolvente- Gracias por publicarla y escribirle ese texto tan acertado.
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