Comprar sentado desde casa dándole a las teclas del ordenador va subiendo enteros en las preferencias del consumidor. ¿Nos hemos vuelto cómodos? ¿Somos más prácticos? ¿Traerá esta modalidad de comprar cambios en nuestra manera de relacionarnos con los demás, con el grupo? Seguro que ya están los sociólogos y psicólogos haciendo sesudas investigaciones. Mientras tanto el» ecommerce» se afianza. Leo en el portal Moda.es que, según un estudio de OC&C Strategy Consultants, en colaboración con Google, el comercio electrónico en seis de los principales mercados mundiales se multiplicará por cinco hasta llegar a los 130.000 millones de dólares (95.889 millones de euros) en 2020.
El informe explica que el comercio minorista online es cada vez más global e interconectado, con un crecimiento comercial exponencial entre países. Según Google, el incremento global del número de personas con acceso a internet y el aumento de la confianza de los consumidores son los factores clave que proporcionan las condiciones de mercado ideales para el comercio electrónico. «Entre los seis mercados analizados en el estudio, informa Moda.es, Reino Unido se sitúa como el más avanzado del mundo y se estima que su comercio minorista habrá alcanzado en 2013 un superávit comercial de más de 1.000 millones de dólares (737 millones de euros), superando a Estados Unidos y a Alemania, con superávits de 180 millones de dólares (132,7 millones de euros) y 35 millones de dólares (25,8 millones de euros), respectivamente. Es verdad que Amazon y eBay son los que abrieron brecha en la venta al por menor online, pero, según esta investigación, hay un gran número de minoristas especializados que ha optado por la internacionalización a través del comercio digital. A este paso, ir de compras no va a ser una válvula de escape real; en todo caso, virtual. Pero no es lo mismo.