Me viene al pelo ir a Twenty One by Esther Llongueras

Ir a la peluquería es la actual huida del mundanal ruido; es hacerle un homenaje no sólo al cuerpo sino al alma. Pero claro para eso tienes que ir a uno de esos templos de la belleza donde de verdad se apasionen por el cliente; donde el cliente sea único y merezca todas las atenciones. En Twenty One by Esther Llongueras ( http://www.estherllongueras.com) llevan por bandera esa filosofía que les ha hecho crecer en toda España, donde cuentan con 21 establecimientos (en Sevilla, en la calle Luis Montoto, 85), dos sedes administrativas y un Training Center.

La artífice de este emporio es Esther Llongueras, que está a punto de cumplir tres décadas en la dirección de una de las más prestigiosas cadenas de peluquería nacional e internacional, primero como vicepresidenta del Grupo Llongueras y en la actualidad como presidenta de su propia firma, Twenty One by Esther Llongueras. Dice que los conceptos que definen su compañía son la personalización, la calidad y el bienestar. Y es verdad porque entras en cualquiera de sus centros y te dejas envolver por un ambiente tan distendido que invita incluso a las confidencias.

Pero para sentirse a gusto tienes que confiar en el profesional que te va a dar un cambio de imagen o aconsejar sobre el corte que mejor te favorezca. Por eso, Esther Llongueras se rodea de lo mejor de cada casa. «Nuestras exigentes pruebas de ingreso garantizan la elección de los mejores candidatos. Nos preocupa la calidad. Tenemos una escuela de formación para todo nuestro personal». Claro que ella predica con el ejemplo. A lo largo de su vida profesional, siempre ha alternado su trabajo con los estudios, no ha dejado nunca de reciclarse y de descubrir todos los secretos del mundo empresarial y comercial.

Es frecuente ver a estilistas asesores y estheticiens maquilladoras de Twenty One by Esther Llongueras participando en pasarelas de moda, sesiones de fotografía y demostraciones técnicas por todo el mundo; o sea, se mueven con soltura y familiaridad en el mundo de las tendencias a la hora de aconsejar a los clientes sobre distintos estilos. Un activo importante en unos momentos en los que el intrusismo se apodera de quienes no valoran la importancia y el esfuerzo de un profesional, siempre en continua formación.

La belleza y  la estética ocupan para Esther Llongueras un lugar muy especial en su compañía y en sus salones, habilitando cada una de sus cabinas con la mejor tecnología y elementos que garantizan un verdadero bienestar. Pero, a mi juicio, lo más importante es que cuentan con un grupo de profesionales que están probando y testando continuamente todos los productos que aparecen en el mercado. No trabajan con una firma fija, sino con las que ofrecen lo mejor y lo más saludable para el pelo y la piel. Y cuando menos te lo esperas puede aparecer un «Mistery Shopper», un cliente «embozado», que luego da cuenta del trato recibido.

Es verdad que no dan hora y, aunque resulte contradictorio, es para no hacernos perder tiempo. Nunca saben cuánto puede tardar el servicio a un cliente, porque cuando las cosas se hacen con mimo y dedicación no existe el reloj. En ese momento eres único y estás inmerso en esa burbuja de relax en la que te olvidas de los problemas cotidianos y de los imprevistos. Cuidar al cliente está por encima de cualquier acuerdo comercial. Luego, y eso también me parece un valor añadido de la empresa, te enseñan a arreglarte el pelo en casa y lo hacen de una manera tan sencilla que incluso aprenden las poco habilidosas como yo.