Real Fábrica Española, la tienda de las marcas con historia

 

¿Cuántas veces se acordó de aquél chocolate que comía de niña, o de esos caramelos que le solía traer de Pamplona ese tío aventurero que no paraba quieto? ¿Cuántas veces se ha preguntado qué habrían sido de ellos? ¿Seguirían vendiéndose, lo mismo que el molinillo de café con el que molía por el placer de escuchar su rítmico rumor? Hay productos tan nuestros que todavía perviven, no sólo en la memoria, sino en la realidad. Rocío Muñoz decidió un día juntarlos todos (450 marcas en total) para gloria y disfrute de los amantes de lo hecho a conciencia, en una tienda online, como son ya la mayoría de las tiendas, y bautizarla con el nombre de Real Fábrica Española (http://realfabrica.com).

 

Allí están reunidos todos esos productos de toda la vida, los que no se adulteran, y representan lo mejor que sabemos hacer en España desde hace varias generaciones. Productos que aún conservan sus embalajes originales, con los que nacieron hace décadas, y por tanto guardan la esencia, que es lo que les da valor. El precio es otra cosa. Así lo cree Rocío Muñoz, profesional sevillana  de la Comunicación, con la que coincidí en ABC. Ella, en el piso uno, donde se cocía la gestión y el marketing; y yo en el dos, donde bullía la información.

«Tomamos el nombre Real Fábrica de las manufacturas reales fundadas por los Borbones en el XVIII para la fabricación de objetos de lujo para la realeza y la aristocracia de la época. Porque el fin último de este proyecto es el de fomentar la economía de los españoles desde la industria a la manufactura propias». El fin último es «hacer patria», como se decía antes, expresión de la que todo el mundo huye no sea que le vayan a tildar de lo que no es o de lo que no pretende ser.

 

 

«En el año 2010 -apunta Rocío Muñoz-  decido dejar mi trabajo con la idea de pasar unos meses viajando con la mochila por el mundo para pensar y conocer otras culturas. Tras visitar América y Europa, y tras volver de Asia y Australia en furgoneta, me doy cuenta que conozco mejor el resto del mundo que mi propio país, y de esta forma comienzo a viajar por España compaginando las escapadas con una tesis académica con la que pretendo  profundizar sobre los productos centenarios que aún se siguen comercializando en nuestro país».

Durante dos años visitó las tiendas antiguas a la caza de tesoros y fue tal el entusiasmo que decidió  pasar a la acción. Y dicho y hecho. Ro  (como se la conoce familiarmente) se arremangó y con esa fuerza propia de las mujeres con criterio se lanzó a crear esta plataforma con una finalidad clara: «Dar a conocer mejor nuestro país, nuestros secretos, nuestra industria, nuestros comercios y el modo de fabricación de nuestros productos. Como dice el diseñador y arquitecto Juli Capella cuando afirma en su libro 101 iconos del diseño español: “esto no es un Cuéntame del pasado, sino un Informe Semanal de lo que sigue siendo interesante y del futuro material de nuestro ajetreado país”.

 

Así que en Real Fábrica hay para todos los gustos. Están las secciones de Ultramarinos, con, entre otros productos, las conservas Palacio de Oriente o los chocolates Amatller; las mantas Ezcaray, en la sección Cosas de Casa; en El Tocador, las clásicas firmas Gal y Maderas de Oriente, que marcaron una época olfativa en España; lápices Alpino, de gratos recuerdos escolares, así como los cuadernillos Rubio o las naranjas de caramelo Mauri. Son de esos regalos que sorprenden por su originalidad, por ser tan nuestros y por haber formado parte de nuestra pequeña historia personal.