Historia de la moda. Cecil Beaton

 

 

 

 

A veces la hojarasca del tiempo cubre como una ruidosa alfombra las huellas que dejaron los que imprimieron su sello. Hablar de Cecil Beaton es hablar de un esteta; un hombre que se dedicó plenamente a ensalzar la belleza en sus múltiples facetas: Fotógrafo, pintor, diseñador de moda, ilustrador y escritor. El volar del tiempo impide a veces atrapar instantes que son los que conforman el collar de la historia. Cecil Beaton es una de sus cuentas más valiosas.

 

  

 

 

 

Nacido en Londres en 1904, Cecil Beaton fue el fotógrafo preferido de la Familia Real Británica, aunque también es recordado por los apasionados del arte de la fotografía por su excelente trabajo durante la II Guerra Mundial como reportero gráfico del Ministerio de Información británico. De esta faceta ha quedado una instantánea que fue portada de la revista «Life», en la que reflejaba todo el horror de la contienda en la sobrecogedora expresión de una pequeña de tres años, herida en los bombardeos de Londres.

 

 

 

 

Beaton, cuyo verdadero nombre era Walter Hardy, empezó su carrera de exquisito polifacético en el Londres de 1925. Fue dependiente y mecanógrafo, mientras que en sus ratos de ocio aprendía el oficio de fotógrafo. Cuatro años después se trasladó a Nueva York, con un incipiente prestigio de reconocido fotógrafo de moda y sociedad. Hasta el año 1936 trabajó para las ediciones británica y americana de la prestigiosa revista «Vogue».

 

 

Precursor de un estilo peculiar en la fotografía, que luego sería copiado por otros artistas de la cámara, su método permitía que las fotos de las colecciones de los creadores del momento cobraran vida y esplendor. Empleaba fondos artificiales como hojas de celofán, telas plateadas y fruncidas o espejos, donde hacía posar a las modelos como si fueran personajes de una historia.

 

 

 

La ropa de algunos modistas como Charles James se prestaban a tan singulares puestas en escena, pero también grandes de la moda como Coco Chanel posaron para su cámara.  Beaton, que fue nombrado sir en 1972, se hizo famoso cuando se trasladó a Hollywood, mediada la década de los treinta del siglo pasado, donde no sólo retrató a las renombradas actrices de la época, sino que diseñó decorado y vestuario para el teatro y el cine. La indumentaria  de «Ana Karenina» «Gigí» o «My Fair Lady», por ejemplo, llevan su sello.  La «My Fair Lady» que Paloma San Basilio estrenará el 12 de julio en el teatro Pérez Galdós de Las Palmas,  es otra manera de evocar a Beaton.

 

 

 

Pero este completo artista nos dejó  también para la posteridad un puñado de libros, en los que de manera divertida y amena nos ponía al tanto de  quiénes eran y cómo eran los que movían  los hilos del mundo de la moda y de la sociedad de su tiempo: Creadores de alta costura, actrices, actores y las damas más sofisticadas de la sociedad elegante. En una de sus obras, «El espejo de la moda», cuenta a su irónica manera la rivalidad de las grandes costureras del momento: Schiaparelli y Chanel, pero también retrata con su pluma a bellezas legendarias como Lady Diana Cooper. Hay personajes a los que en estos días sí que convendría rescatar.