“¿Dónde está el pueblo?”, preguntaba La Fayette al desembarcar en Nueva York. “No se ve más que gente bien puesta”. Si el político francés del siglo XVIII se reencarnara y volviera a mirar a los ojos a la estatua de la Libertad haría la misma pregunta. No hay nadie más marquista que los americanos, eso dicen al menos…