Jessica Lange, imagen de Marc Jacobs Beauty

por Clara Guzmán

 

Telademoda

Foto tomada de lavanguardia.com

No, la madurez no está de moda, no nos equivoquemos. Lo que en todo caso es tendencia, por utilizar lenguaje al uso, es el sentido común. Jessica Lange es una actriz que derrocha sensualidad. Todos recordamos la tensión sexual que se respiraba en la película «El cartero  siempre llama dos veces»  junto a Jack Nicholson y que desembocó en aquella tórrida escena en la mesa tocinera de la cocina. Escena que quedó para los anales del erotismo «culinario». Pero Jessica Lange tiene 64 años, una edad en la que, por presiones de una sociedad que empareja belleza y juventud, se relega a quien se arruga, en este caso sólo en el sentido estético del término. Marc Jacobs la acaba de fichar como imagen de su línea de belleza y nos la presenta en una fotografía en todo su  macerado esplendor, a cargo de David Sims, bajo la dirección de Katie Grand. Es cierto que últimamente se está recurriendo a las «viejas glorias» para anunciar todo aquello que siempre ha ido destinado al mismo público: señoras con poder adquisitivo ya fuera por méritos propios o consortes. Antes se incidía en que fueran jóvenes y estilizadas modelos las que pusieran la miel en los labios al verdadero cliente de lo que promocionaban, siempre en sus antípodas generacionales. Ahora, emisor y receptor de la publicidad se han unificado y parece más coherente. No obstante, tardará en aceptarse esta modalidad, porque soñar no cuesta nada y aferrarse a una quimera es tan humano como no aceptar que el tiempo pasa, pero la tersura no permanece. Aunque no sólo de tersura y belleza vive el hombre…Ni la mujer.

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