Nunca me gustaron los acuarios, pero eso no quita para que me embelese escuchando a Rozalén cantar su versión de “Peces de ciudad” de Joaquín Sabina. Este diminuto pez, ¿habrá sido pescado para vivir la vida en rosa? ¿O beber lo que la vida tiene de rosa? ¿Conservará aún las agallas? ¿Las habrá perdido? Tal vez, quizás. Especular es ahogarse…