ARTSEDAS: UN CANTO A LA ARTESANÍA

por Clara Guzmán
Foto: © @micruzenextasis

Antonia Rubio, alma mater de Artsedas (@artsedas) lleva la artesanía en las venas. Cuando habla respira oficio por todos los poros de su piel. En mayo del año pasado, en pleno confinamiento, participó, junto con otros compañeros artesanos, en un reportaje aquí, en telademoda.com, y ya vaticinaba que la perspectiva que teníamos con la llegada de la Covid-19 era complicada. No obstante, esta licenciada en Bellas Artes, especializada en pintura sobre seda con técnicas tradicionales, cree que quien resiste, gana. O al menos sobrevive.

Foto: © @dalialpzrub

«La artesanía es un arte, una manera de vivir que requiere de mucho tiempo, al menos en mi caso. Trabajo sola, no tengo equipo y todo el proceso, desde el principio hasta el final, lo hago yo. Tengo el taller en casa, aunque sería mejor decir que mi casa es toda taller. Mi oficio es una forma de decir quién soy yo. Cuando se empieza se cometen errores, que se liman con la experiencia, aunque a veces los errores se convierten en aciertos». Dice Antonia Rubio, en conversación telefónica, porque hemos seguido a rajatabla el protocolo sanitario de la pandemia.

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«Toco todas las técnicas en pintura en seda. La guta, por ejemplo, es la básica; la técnica «shibori» de atados y prensados o el batik, la que más utilizo, aunque también empleo una técnica mixta». Cuando se tiene oficio todo conduce a crear un estilo propio y Antonia Rubio cuenta con un interesante bagaje. «He dado clases de pintura en seda y tratamientos en el textil. Empecé recién acabada la carrera, en el 2000, en las «Escuelas populares» que organizó la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Sevilla. He sido docente hasta el 2014. Entonces me centré en mi trayectoria y empecé a ir a ferias y a vender en tiendas».

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Es en este momento cuando hace un encendido alegato a favor de la artesanía. «Las tiendas lo quieren todo barato, pero eso es regalar mi trabajo y no quiero abaratar mi material. He preferido ganar menos dinero pero tener una dirección clara, porque el buen artesano le pone maestría y corazón a su trabajo. En la pintura en seda todo requiere su tiempo si quieres plasmar una idea bonita y mantener la calidad. Tengo una línea definida, aunque espero aprender todavía más del oficio. No no me resulta complicado llevar a la seda cualquier imagen, pero la técnica batik es más plástica que realista y eso me hace disfrutar mucho de mi trabajo».

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Dice que no quiere ser derrotista, que es positiva, pero que aún nos queda un 2021 muy complicado. «La artesanía necesita de un público que salga a la calle sin miedo. Vivo casi el día a día, centrada en mi web, que es mi escaparate (www.sedasantoniarubio.com). Tengo una clientela fija y en Navidad no he parado de realizar encargos, pero la gente está en un continuo sobresalto económico y emocional. El centro de Sevilla está irreconocible, son muchos los locales que han echado el cierre». Pero Antonia Rubio sigue pintando en seda sus pañuelos en todos los tamaños; abanicos, guantes, cintas para el pelo, medias…, así como su obra plástica, cuadros de pequeño formato.

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«Reciclo mucho y los tintes son naturales. Trabajo acorde con los tiempos en que vivimos y mis complementos se engloban en la moda sostenible. De todas formas, por mucho que existan grupos que defiendan el planeta, son una gota en un vaso de agua; todavía queda mucho por hacer». Antonia asegura que es una artesana que investiga, se informa, se documenta antes de realizar cualquiera de los encargos que le hacen su clientes. «No repito, innovo, nunca me sale un trabajo igual a otro, me ajusto a lo que quiere el cliente, pero siempre con mi estilo personal, con mi impronta».

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