Si se fijan bien, en el ojo derecho de Lucy Luckayanko hay un pequeño corazón de platino que emite destellos no sé si cuando clava su pupila en la pupila de él, pero sí cuando mira hacia arriba. No sé si seguirá a pie juntillas los versos becquerianos, pero lo que sí sé es que mirarla da grima.…