Lacroix, el hombre que quería ser Dior

por Clara Guzmán

lacroix-1Se lo he leído en ABC a Juan Pedro Quiñonero, uno de los mejores corresponsales que ha dado la prensa; el otro es Luis de Vega, que se porta como un jabato allá por mis tierras. Sé que lo han publicado en otros medios pero a servidora, que no es de más carnes, le gusta leer periodismo del bueno. Resulta que Christian Lacroix, una de las marcas emblemáticas del lujo y la alta costura francesa, está en bancarrota financiera, escribe Quiñonero. Yo añado la bancarrota nuestra de cada día como antes era el pan. «El año pasado – continúa la crónica-  la firma tuvo una cifra de negocio de unos 30 millones de euros y 10 millones de pérdidas. Los hermanos Falic, propietarios americanos de una cadena de tiendas sin impuestos, con boutiques de lujo en Nueva York y Las Vegas, que compraron la firma en 2005 al poderoso líder mundial del lujo LVMH , han decidido tirar la toalla. Christian Lacroix, el creador y modisto que dio nombre a su empresa, tiene todavía un contrato personal que aún dura un año. Pero los propietarios han decidido encomendar su incierta suerte al Tribunal de comercio. Precipitada la bancarrota, abandonada la suerte del grupo a las decisiones que tome la justicia, dentro de unos días, Christian Lacroix entra en las más pantanosas aguas de la incertidumbre», remata el periodista murciano. C’ est la vie, que también se llama así uno de los perfumes del creador galo.

Torero, torero

Conocí a Christian Lacroix a principios de octubre de 1991 en Sevilla. Había querido tener su primera cita con la ciudad en «el recinto sagrado de la Maestranza«, según sus palabras. Jesulín de Ubrique le había brindado un toro en la feria de San Miguel y estaba alborozado. Luego se extendió en una prolija lista de diestros, de sus mejores lances, de sus estilos…, porque a Lacroix le salieron los dientes en una plaza de toros.

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«Cuando era niño – me dijo- iba con mi padre a la feria taurina de Nîmes, que dista muy pocos kilómetros de mi ciudad, Arlés. Allí he visto torear a grandes figuras españolas como El Viti, Ordóñez…, y me creo capaz de juzgar a los distintos aficionados a la fiesta. El público sevillano espera una corrida artística, mientras que el madrileño es academicista y el francés busca la novedad». Lacroix, sin embargo, no pudo lidiar con el morlaco de su firma. «Nadie duda del talento creador de Lacroix -continúa Quiñonero-, pero el modisto no ha conseguido nunca que sus creaciones sean rentables. La crisis económica le ha dado la puntilla financiera. Las tiendas de lujo en Nueva York Las Vegas están en crisis. Ha caído vertiginosamente la venta de perfumes de la casa. Apenas el mercado chino tira de las ventas. Los desfiles de «prestigio» de la próxima temporada están seriamente amenazados», concluye el  corresponsal de ABC con un tinte entre enigmático y apocalíptico, propio de la escuela periodística del siglo XX.

La aristocracia de la moda

En nuestra larga conversación en el hotel Alfonso XIII, Lacroix, licenciado en Lenguas Clásicas e Historia del Arte, también tuvo ocasión de contarme sus ambiciones infantiles. «Siempre he oído contar a mi familia que una vez, cuando sólo tenía cuatro años, mi abuelo me preguntó qué quería ser de mayor. Y entonces con aplomo y convicción le contesté que Dior, que Christian Dior«. Dior armó el taco en la moda con el lanzamiento en 1947 del «New Look», caracterizado por hombros estrechos y faldas hasta media pierna, en lugar de los hombros anchos y las faldas cortas y rectas de los años de la II Guerra Mundial. Pero Dior era también un personaje con visos de espiritualidad cuando decía: «El entusiasmo por la vida es el secreto de toda belleza. No existe belleza sin entusiasmo». Aunque también con mucho sentido práctico cuando afirmaba: «Yo arriesgo el salario de novecientas personas cuando hago una colección».

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Lacroix arriesgó y apostó al número equivocado. Ocurre  a veces, aunque es preferible atreverse a fracasar que quedarse con la duda perenne de ¿y si lo hubiera intentado? Intentó ser un miembro de la aristocracia de la moda, como su admirado Paco Rabanne definía a la alta costura. «Estoy de acuerdo con esta definición – me dijo- , porque no importa que sólo dos mil quinientas mujeres puedan acceder a ella, ya que de esta manera contribuyen a que la artesanía francesa no desaparezca».  «De todas formas  -añadió-  creo que hay que hacer de la alta costura un laboratorio de ideas que puedan influir en el prêt-à-porter, que sea una especie de locomotora que tire de los accesorios, de los perfumes, sin avergonzarnos de ese lujo, que a fin de cuentas es sinónimo de calidad. Es curioso, pero generalmente se critica y censura a la esposa que gasta dinero en vestir bien y se ve con buenos ojos que el marido invierta grandes sumas de dinero en un potente coche». Como tesis no está mal, incluida su pincelada «igualitaria» reivindicativa, pero, desgraciadamente, llegó la crisis y mandó parar. Mandó parar y mandó lejos, muy lejos, las buenas intenciones de empresarios y creadores.  Porque, si nos atenemos al informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS), nada más que en España se prevé una caída de la economía del 3% para este año y una tasa de paro del 17,2%, lo que supondría alcanzar los 4,5 millones de desempleados. Ante estas escalofriantes cifras, ¿tiene sentido hacer vestidos que cuestan un Potosí o un Congo? Me gustaría saber  lo que opina desde París mi amigo el periodista especializado en moda Abraham de Amézaga, pero también lo que opina usted.

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20 comentarios

webdesigner 20 enero 2013 - 21:36

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LYDIA RODRIGUEZ 24 julio 2009 - 17:40

Querida clara estoy muy contenta con tu publicación y con tus invegaciones.

Gente como tú necesita Sevilla para que nos reconozcan por otras culturas.

Cuando usted pueda tiene una cervecita esperando y una charla distinguida.

un Abrazo.

vicky 5 julio 2009 - 11:36

Hola Clara!Me encanta tu blog y espero que todo el mundo entre y te lea. He disfrutado mucho de lo que nos cuentas de Christian Lacroix y su bancarrota y la nuestra?,pienso que todo lo que es muy elaborado y artistico,de calidad, de lento proceso, está en bancarrota,no hay tiempo en esta vida veloz,para valorar y admirar el arte,poca gente se lo puede permitir,lo bueno siempre fue caro.Oye por cierto te veo estupenda,que estás haciendo,baby?.Besos,cuídate.Seguiremos en contacto

MGG 22 junio 2009 - 9:26

Querida Clara,

entiendo que aunque a todos nos duela, no solo será esta la primera sonada caída de la alta costura. Yo no quiero hablar de crisis, es aburrido a estas alturas de la vida, hablaré de cambio, aunque creo que esto es más grave aún. La crisis siempre son pasajeras, pero si existe un cambio en la sociedad puede ser permanente. Te suena el sinsombrerismo?. No podría decirte cual es la razón principal, pero pienso que diversos factores han hecho que la mujer de hoy haya perdido cierto interés por la alta costura y por las grandes firmas. Te hablo de lo que veo desde una posición externa: pérdida de capacidad adquisitiva de la clase media-alta, disponibilidad de moda a bajo precio, pérdida de la sensibilidad en las mujeres jóvenes, etc…Veo en general que las nuevas generaciones no son capaces de apreciar los buenos materiales, los diseños, etc dándole más importancia a otros factores. Creo que como no sepamos enfocar la venta de estos productos a los países emergentes, que si son capaces de valorar estas cualidades, o, al menos, se conforman con llevar algo con nombre de la Vieja Europa, iremos viendo como poco a poco este mundillo va perdiendo parte de sus principales actores. Es una pena, pero nosotros mismos somos los que estamos contribuyendo a ello.

Amada 19 junio 2009 - 9:32

Está claro que, en los tiempos que corren la alta costura no es rentable, pero acaso fueron rentables, en su momento, las obras maestras creadas por tantos y tantos artistas de la pintura, música, escultura ……. etc. Muchos de los cuales han muerto solos, arruinados y sin el reconocimiento que los tiempos posteriores les han ido otorgando ¿Es que siempre vamos a actuar tarde y mal? Cómo diría mi madre, el cariño me lo daís en vida, una vez muerta, «paqué» pues aquí lo mismo. La alta costura es arte y los pocos privilegiados que tienen el «don» de crear esos maravillosos diseños y de transformar una «telita de nada» en una gran obra maestra deben estar protegidos, es un bien cultural que no debemos perder y que futuras generaciones nos agradecerán.

Pablo Ferrand 18 junio 2009 - 14:25

Clara, la moda ya tiene una referencia de primera: tu blog. Enhorabuena.

Rodrigo de Zayas 16 junio 2009 - 16:20

Querida Clara,
Christian Lacroix es uno de los creadores más singulares y de más alto nivel que ha tenido Francia con la particularidad de ser provenzal, cosa inaudita. Su pérdida sería una tragedia. Te agradezco mucho cuanto hagas. Cordialmente tuyo.
Rodrigo de Zayas

Anne Perret 16 junio 2009 - 16:16

Querida Clara,
Enhorabuena por tus investigaciones sobre lo de Christian Lacroix. Más que nunca tenemos que defender su innovadora osadía. Espero que con artículos como éste la gente tome conciencia del artista que podemos llegar a perder.
Con mucho cariño.
Anne Perret

Rosa 14 junio 2009 - 13:06

Querida Clara, me encanta lo que dices, tanto por el problema de fondo como por la sensibilidad que muestras siempre ante los problemas de los demas, aunque sea de una persona a distancia: me tienes acostumbrada a ello en todo tus reportajes que sigo y que admiro.
sigue siendo como eres, Un beso

pilar montoro 13 junio 2009 - 9:59

Hola Clara , tu artículo me parece estupendo.
No podremos poner barreras a la creatividad pero si tendremos que adaptarnos a los tiempos en los que vivimos . La moda es arte y como tal manifestación deberá daptarse al contexto en el que se desarrolla.
Besos

manuel 11 junio 2009 - 20:07

Hola Clara, es muy triste la situacion por la que pasa este maravilloso artista, que lo es.
Hace unos años que vemos como las grandes casas de costura, pasan a ser propiedad de importantes y poderosos lideres del lujo LVHM, por ejemplo,
me pregunto si es tan dificil gestionar todo este talento para que pueda resultar rentable.
creo que la alta costura y sus artifices los modistos, necesitan gestores «artistas» con ideas, que aporten alternativas nuevas .
un abrazo.

rafael pasamar 10 junio 2009 - 19:03

Clara, me ha encantado saber de tí y por supuesto que seguiré tu blog desde ahora. a ver si os vemos algún día.
un beso muy fuerte y sigue así

TERESA 10 junio 2009 - 11:38

Clra, me parece fantástico tu artículo, se nota que eres una gran currante y
espero que te vaya como te mereces.
Con respecto a tu pregunta si debemos dejar que la altacostura perezca, yo, como persona próxima al arte tiene todo mi apoyo, pero creo que en los tiempos que vivímos tanto lujo contrastando con tanta pobreza merece una reflexión.

Almudena 9 junio 2009 - 19:00

He leído todos los artículos que has publicado en el blog, pero éste último me gusta especialmente porque además de informarnos de la bancarrota del modisto francés planteas el tema de la existencia o no de la altacostura, debido a su falta de rentabilidad, y más en los tiempos que corren. A la pregunta que hacía una comentarista anterior sobre si era necesaria la alta costura, yo diría que sí; porque en ella está la referencia, lo perdurable, el valor artístico, etc. Sin embargo, ya conocemos lo rentable que resulta lo efímero. Ese concepto en moda ha levantado un imperio económico, pero no de ideas.

Rafael 9 junio 2009 - 18:53

Clara, me parece magnifico tu blog. Lo seguire todas las semanas. Suerte

rosa 9 junio 2009 - 9:29

Es necesaria la alta costura?
para quien?
Es la manera de crear mas diferencias?
Me gustaria que alguno de los grandes, diseñara para la gran mayoria (la gente de la calle) y que nosotras pudieramos llevar ropa con una sensacion
de que un o una diseñadora tambien ha pensado en nosotras
Me gusta mucho tu blog
No solo escribes de moda, sino que aprovechandola como hilo conductor la relacionas con temas diversos que pueden ser muy sorpredentes e intesantes

mANUEL MEJIAS 9 junio 2009 - 8:23

Muy bien Clara.Me ha gustado tu blog. Sigue asi.
MM+

GLORIA 8 junio 2009 - 14:40

No debemos dejar morir la alta costura. Nunca. La moda es arte, es fantasía, es publicidad y es en la alta costura donde se puede admirar, y como muy bien dijo Paco Rabanne «hay que hacer de la alta costura un laboratorio de ideas que puedan influir en el prêt-à-porter», porque son estas colecciones reales las que tiran del carro.
La alta costura da imagen, pero a fin de cuentas la moda también es negocio, y si no se vende, ¿qué tenemos? ¿de qué le vale a un diseñador hacer unas colecciones maravillosas si luego no tienen una salida comercial? Se que me sale mi vena mercantil pero es la realidad. Aquí todos trabajamos para comer, no suena muy idílico pero lo hemos hablado Clara, al final todo acaba en el comercio, en las tiendas (las menos ayudadas por cierto en todo este engranaje) y es ahí donde donde se le toma el pulso al público.
Las grandes marcas deben de seguir con la alta costura, siempre, pero por supuesto detrás tendrán que llevar otras lineas que son las que económicamente las harán vivir. Sino no podrán subsistir, Realmente no se bien cual es el mercado que absorbe actualmente la alta costura, ¿los países árabes? LARGA VIDA A LA ALTA COSTURA. Bs.

Abraham de Amézaga 8 junio 2009 - 8:33

Pues, sí, querida Clara. Aunque la primavera despuntó, París no será la misma ciudad si desaparece la firma Lacroix. La crisis, la tantas veces mentada crisis ¿se nos va a llevar a este grande? Si se muere la emblemática Maison se muere un poco más la alta costura, herida desde hace años, pero aún viva, porque es parte del patrimonio de Francia, de Europa (como europeos es parte nuestra). Es cierto que resulta muy cara, que de muchas de las colecciones no se venden más que uno o dos modelos (si se llega…), pero ¿es que se venden tantos cuadros de Warhol o Bacon? Qué bello gesto el de Chanel, como señalaba el viernes en «El Mundo», comprando hace más de un lustro los pequeños talleres parisienses (Lemarié, Lessage, Michel…), para que el oficio perdure. Un oficio manual, artesano y hecho en Francia, donde la mano de obra es de las más caras del mundo. Volviendo a Lacroix, una lástima que España -y las mujeres españolas- no lo apoyaran más, adquiriendo sus vestidos y luciéndolos; no sólo los días de grandes corridas, sino en fiestas y demás actos públicos. Una pena también que aquella tienda con la que contó Madrid cerrara sus puertas años ha… Son las 8h35 de la mañana y por mi ventana percibo un París soleado. Sí. Viene buen tiempo. Ojalá que para Lacroix también.

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