La moda en los tiempos de la crisis

por Clara Guzmán

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Dicen que la peor crisis es la que se está pasando. De las anteriores nadie se acuerda ni falta que hace. El otro día releyendo Los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós y en concreto el referido a La Corte de Carlos IV, me dio un vuelco el corazón. A mí el corazón me da muchos vuelcos, pero esa es otra historia. Resulta que el protagonista de sus andanzas, Gabriel de Araceli, contaba (era el año 1807) que iba a la calle de la Reina, número 21, en Madrid, «donde existía un taller de estampación para pintar telas, pues en aquel tiempo los vestidos de seda, generalmente de color claro, se pintaban según la moda, y cuando ésta pasaba, se volvían a pintar con distintos ramos y dibujos, realizando así una feliz alianza entre la moda y la economía, para enseñanza de los venideros tiempos». ¿Es que el escritor canario era vidente o para emplear un término más actual, psíquico?

Movimiento grunge

Crisis en la moda ha habido muchas, tantas como económicas para no pillarnos los dedos. Crisis en las finanzas que dejan a la estética, por regla general, hecha unos zorros. Los estilistas lo despachan con un contundente: «En períodos de crisis, la tendencia es fea». Tan contundente como cuando San Ignacio de Loyola decía aquello de: «En tiempos de tribulación no haced mudanza». Hubo quien la hizo y tocó el cielo. Evoquemos una de las crisis más señeras de la moda que hizo movilizarse al poeta y ensayista alemán Hans Magnus Enzensberger.

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Antes de que el famélico 1993 se despidiera dejándonos a su heredero en pañales, este dandy de la escritura, Premio Príncipe de Asturias 2002, nos legaba un ensayo que era una auténtica necrológica de la moda. En su esquela daba cuenta de la penosa agonía de la moda con mayúsculas. De esa moda que vinieron a minusvalorar funambulistas de la imagen, en una década, la de los ochenta, en la que el culto a la apariencia levantó tramoyas efímeras, que cayeron al vacío cuando el tiempo y la razón les quitó la careta. Enzensberger rememora en su ensayo aquellos tiempos en que era un placer seguir los dictados de los «creadores o papas de París». «Nombres mágicos – escribe- ya muy olvidados, como Poiret, Balenciaga o Schiaparelli corrían de boca en boca…»

El sentido común

Pero en aquellos momentos, inicios de los noventa, en que el ensayista alemán escribía su obra, el movimiento grunge se movía como pez en el agua, salpicando a diestro y siniestro su zarrapastrosa visión del mundo.  «Vivimos estéticamente adorando a la basura -exponía Enzensberger- aunque paradójicamente lleguemos a ella después de habernos postrado ante el becerro de oro.  Entre los culpables de ese campo de Agramante, el autor citaba a la denominada cultura juvenil, «sustentada por guitarristas sesentones»; a la protesta política, «el culto al proletariado y a la militancia han desaparecido; han quedado sólo sus insignias, que abarrotan todos los escaparates y se ofrecen a todos los precios», y al feminismo, otro de los culpables, «con su obsesión por presentar a una mujer desastrada en contraposición a la arreglada, etiquetada como cabecita hueca».

A la tesis del filósofo alemán se unió el italiano Giorgio Armani, quien venera términos como «chic, buen gusto o refinamiento». Levantó su voz para  criticar el grave daño que la ideología de la imagen había provocado en multitud de  «víctimas de la moda». «Las ha desprovisto de su personalidad -apuntaba- homologando al pobre con el falso pobre, al rico con el falso rico y al joven con el falso joven». «Sus efectos – apostillaba- son reducir a cero el concepto de calidad en favor de la imagen trendy y eliminar de un plumazo el buen gusto, según el sentido común».

Dior, que estás en los cielos

Pero, ¿nos podemos conformar con decir que en tiempos de crisis las tendencias son feas? ¿o nos acogemos a ese presumible axioma de que en estos períodos se aviva el lujo y la calidad recupera su preciado sitio, aunque las prendas del armario disminuyan? Es cierto que la adversidad sacude el ingenio y lo pone a trabajar ¿Por qué vamos a consentir que la moda (con mayúsculas) entregue su último aliento en época de vacas anoréxicas (hay que adaptarse a los tiempos), cuando a veces ha nacido una  brillante estética, auspiciada sólo por la luz del buen gusto en comandita con el sentido común?

«Era el 12 de febrero de 1947. Esa mañana en París tiritábamos de frío a 13 grados bajo cero. Faltaban carbón, los periódicos estaban en huelga indefinida. De modo que los franceses fueron los últimos en enterarse de un acontecimiento insólito que había tenido por escenario una mansion particular de la Avenida Montaigne: el nacimiento de un modista; es más, de una moda. Es más: de la Moda. La moda que dictaría la ley desde América hasta Australia». Así contaba François Giroud el nacimiento de «New Look», la primera colección firmada por Christian Dior.

Entonces, yo me pregunto, ¿cómo puede desaparecer o caer en la desidia que conduce a la vulgaridad una moda que es capaz de surgir del páramo que queda tras un conflicto bélico mundial? ¿ Es que Dior era un dios? No, simplemente era un profesional que no se resignó a que la verdadera estética, la que nunca muere, permaneciera muda. O tal vez siguiera a pie juntillas la mejor frase que sobre la crisis se ha parido y cuyo padre es Albert Einstein. «La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque trae progresos. En la crisis nacen la inventiva,  los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado». O sea, con un par. ¿Einstein? No, más bien el que supera la crisis sin quedar superado.

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12 comentarios

gold bullion 25 diciembre 2012 - 21:55

Good post. I learn something new and challenging on sites I stumbleupon everyday. It’s always helpful to read content from other writers and use a little something from other web sites.

tanie kot³y defro 24 noviembre 2012 - 11:08

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Antonia Rodríguez 26 junio 2009 - 22:45

Querida Clara

Quede constante que desde el 25 de mayo tienes un sitio privilegiado en mis RSS, sólo faltaría.
Enhorabuena otra vez, ya se echaba de menos tu salto a la blogosfera, es un gustazo ver que se ha producido con mucha elegancia y acierto, gracias por tus letras.

Fabiola García-Liñán 26 junio 2009 - 18:16

Querida Clara,te has superado a tí misma en este artículo.Es necesario el aliento de personas como tu para los que apostamos por el éxito en este incierto mundo de la moda.Las cosas que ni se miden ni se pesan ni podemos asir ni controlar son para muchos de nosotros las mas atractivas y así es LA MODA.Yo también estoy convencida de que se abre un nuevo mundo para los que tenemos fe,entusiasmo y ganas de apostar mas fuerte aún.¡Es nuestro momento!y puedo decirte que cuando avanzas casi todo lo que te rodea avanza contigo.Existe una inercia increíble,yo la noto perfectamente.¡Animo a todo el mundo!.Me encantaría que a partir de ahora la moda volviera a ser hermosa…tu ya me entiendes: Christian Dior,Coco Chanel,Giorgio Armani…en su estilo puro.Gracias Clara.

Justa Guillen 25 junio 2009 - 20:28

Gracias Clara por tu maravilloso artículo, es un regalo del cielo! nunca mejor dicho…. tu referencia sobre Dior es totalmente cierta, este genio de la moda supo crear una tendencia, un sello, único e irrepetible y que en estos tiempos que corren, está en su máximo esplendor. Mas aún la seña de identidad del New Look, su «chaqueta New Look», ahora más de moda que nunca!!
Será que siempre sale algo bueno de una crisis….

Dreams 25 junio 2009 - 19:56

hola Clara!
gracias por tu mail!!
tienes razón, trabajando te puedes comer el mundo!!!… yo estoy intentándolo!!!! jeje
Te felicito por tu blog!!! y te deseo muchos más éxitos!!
buen post!!!, hay que aprovechar la crisis para crear, innovar, inspirarse, reciclarse!!!!!!!!!! a por todas!!!
Te he linqueado en mi blog para seguirte más de cerca!
muchos besitos desde Málaga
Yolanda

Mar 25 junio 2009 - 19:26

Opino como Agustín, la crisis servirá de criba para separar las buenas propuestas del resto. Sobre la falta de recursos… ¿alguien oyó hablar de imaginación? ¡Es gratis! Otro tema sería que habláramos de la crisis creativa que afecta al sector, ¿pues no se copian hasta las grandes firmas entre ellas? Teniendo en cuenta el precio de algunas de algunas de estas creaciones, no me extraña que exista cada vez un mosqueo más generalizado, pues no está la cosa para derrochar.

Amparo Torres 24 junio 2009 - 20:28

Gracias por este artículo, porque del modo más coqueto y fácil aprendes historia, literatura, cultura general! Pensamientos tan acertados de personajes tan acertados…Estoy totalmente de acuerdo con que ante la crisis: adaptarse o morir!

Agustín Velasco 24 junio 2009 - 12:54

Es duro decir esto, pero las cisis son recursos de selección natural, donde empresarialmente solo perviven los fuertes y adaptados. La sobreprotección estatal del sector (que no ‘industria’) de la moda española no le hace ningún bien. Hasta que los diseñadores no apliquen racionalidad económica, o se rodeen de buenos gestores, no podremos ocupar un minimo espacio en el mundo de la moda internacional.

FERNANDA SM 24 junio 2009 - 0:14

Con tu artículo he aprendido cosas que ignoraba y me ha hecho recordar con tus alusiones a la Av. Montaigne, mi viaje a París y la Avenida de la moda. Besos.

Elisa Navas 22 junio 2009 - 18:12

La Moda, con mayúsculas, es una una forma de hacer arte jugando con tejidos y formas. Y el arte puede estar influenciado por la crisis, pero no cae en ella. Felicidades por tu artículo, siempre tan bien documentado y escrito.

Paloma Rosado 22 junio 2009 - 14:50

Clara, me ha parecido increible el articulo. Además en ciertos aspectos me siento identificada. besos

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