Fashismo

por Clara Guzmán

 

 

 

Frédéric Beigbeder, (en la imagen) que es un escritor francés, atractivo y niño bien (pronunciado bian) acaba de acuñar el término fashismo, (de fashion, moda)  consistente, como su propio nombre indica, en la dictadura actual de la imagen. «Me obsesiona -ha dicho y lo he leído en el suplemento de moda de El país, al César lo que es del César-; me obsesiona -dice- que vivamos sometidos a un totalitarismo de la belleza y la juventud, al servicio de un puñado de caras escogidas por la industria de la moda».

 

 

 

Beigbeder no es el típico niño mal de casa bien (pronunciado bian), mas al contrario, va siempre de veintiún botones o de punta en blanco. «En mi casa era fundamental vestirse bien. He llevado corbata desde los tres años». Pero a pesar de su cuidada base, de su genética y de su acomodada posición, el autor de «Una novela francesa» teme engrosar las filas de los marginados por su físico y  edad: «Yo envejezco cada segundo que pasa, por eso tengo miedo de terminar en el campo de los rechazados, esas personas a las que ya nadie mira por ser demasiado viejas o feas».

 

 

 

Las declaraciones de este escritor galo coinciden en el tiempo con una de esas encuestas que cada dos por tres nos suelen advertir que el dicho añejo de que la suerte de la fea la bonita la desea ha pasado a mejor o peor vida. Ser joven, atractivo o directamente guapo, además de tener un físico según los cánones de belleza actuales, facilita la entrada en el mundo laboral. Es decir, puede llegar a ser más imprescindible que haber hecho un master en una universidad de campanillas (extranjera, por supuesto) o trabajar de becario al lado de Amancio Ortega.

 

 

 

 

El fashismo al que alude Beigbeder no deja de ser preocupante. El sometimiento a una conducta dictada por alguien supuestamente superior, intangible en este caso, conduce a la alienación del individuo. Individuo que se ve en la tesitura, ha habido casos, de tener que someterse a operaciones de cirugía estética no sólo para superar un complejo, sino para poder ganarse la vida dignamente ¿Realmente vivimos en una sociedad que margina al obeso o a quien no se ajusta a lo estipulado en físico o edad?

 

 

Mucho antes de leer las declaraciones de Beigbeder había visto otras en las que  se decía que la perfección es fascista. Es evidente que nadie es perfecto. Me quedo con esta frase cinematográfica que, por cierto, de nada le vale a los aspirantes, en un momento de crisis mundial, a un puesto de trabajo. No sólo tienen que estar preparados en su materia, sino que han debido cuidar hasta lo enfermizo de su imagen ¿Se lo dicen o se lo cuentan a un opositor a Notarías? Es sólo un ejemplo.

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10 comentarios

Inmaculada Sancho 4 octubre 2012 - 23:48

Lo que tenemos que hacer es cuidarnos, cuidar el cuerpo y la mente y potenciar la belleza que cada uno tenga. Y aceptarse como uno es y sus limitaciones, ese es el camino a la felicidad.

Jose 4 octubre 2012 - 22:26

Buenas noches a los muchos seguidores de telademoda. Sigo este blog desde hace tiempo y cada día me gusta más. Me encanta la foto de la bloguera, Yo creía que era rubia, no sé por qué. Tiene cara de simpática y la foto es muy buena. Me encanta este artículo, me parece muy acertado. Saludos desde Arturo Soria, en Madrid.

Pasquale 17 septiembre 2012 - 16:08

My first visit here and i liked it from the beggining

Marta Vera 3 septiembre 2012 - 18:06

Curioso es que este señor francés, y mira que me gustan, se esté preguntando si en breve será marginado por esta sociedad nuestra que vivimos… cuando el tio está como un queso. Debemos cuidarnos y aceptar de buen grado las armas que nos dá la vida, aunque por mi profesión sé que la belleza es un arma de doble filo, atentas a estar guapas pero no demasiado, ya que entonces levantarás las ampollas de la envidia…
Me encantó el artículo

Inmaculada Sancho 4 octubre 2012 - 23:39

Totalmente de acuerdo, Marta

inmaculada 19 agosto 2012 - 18:31

La obsesion por la delgadez, el culto a la eterna juventud, al cuidado del cuerpo no es algo nuevo. Lo unico que ocurre es que se ha democratizado. Forma parte del imaginario colectivo de nuestra cultura y no solo, por tanto, del grupo de referencia que se pretendia distinguir del resto. Por otra parte, no solo la moda material ha llegado a las tiendas donde compra la clase media, a lo cual han contribuido fenomenos como zara o benetton; se financian las operaciones de cirugia al igual que la termomix, las citas en los gabinetes de estetica son semanales con bonos para celulitis, para tratamientos ilumninadores, etc, etc.
al fenomeno del consumismo salvaje se le suma el que el ser humano participa tanto consciente como inconscientemente de este imaginario. No todas las decisiones en el ser humano son fruto de la reflexion madura y autonoma. Existen las pasiones. Ya Nietzsche critico en su tiempo la concepcion puramente conceptual y racional en el ser humano y la cultura occidental.
De la misma manera que en estos tiempos se necesita regenerar la ciudadania a nivel particular y como sociedad civil, es necesario el planteamiento de como vivimos nuestro cuerpo, como lo revestimos y sobre todo como juzgamos a los demas. Sin toda esta evolucion de nuestra conciencia es imposible sobrevivir ante el consumismo y liberalismo salvaje a nivel global

ANDYTOP 18 agosto 2012 - 15:06

Demagogia barata, a la gente no se la margina por ésto, de toda la vida del señor y todo el mundo, hasta los que aquí se quejan, se ha tenido preferencia por lo que más te gusta y normalmente lo que más te gusta es lo que a tu parecer es más bello, la cuestión es dar follón no?
Luego también os quejáis cuando una modelo es fea y no paráis de decir………»pero qué tiene esa de medelo? , si es fea, no vale para modelo», porque queremos ver a las guapas, en qué quedamos?????????????? Estoy harto de todas estas quejas absurdas, todo el mundo no vale para todo y todos no conseguimos estar dónde queremos, así ha sido la vida y así será.

Susana Martín 18 agosto 2012 - 14:19

Interesantísimo artículo Clara, enhorabuena.
Totalmente de acuerdo, bastante penoso y cruda realidad la cual nos queda solo un par de cosas: resignación y adaptación, en la medida de lo posible. En un mercado tan poderoso, que creo que ya no se podrá jamás hacer nada contra eso, es un círculo vicioso que siempre desemboca en el mismo sitio cuando analizamos el porqué; el dinero, lo mueve todo. Y al fin y al cabo solo somos un producto, un número, un código de barras….y las personas ¿donde estamos?

JULIA MUNILLA-JULUNGGUL 18 agosto 2012 - 13:33

REALMENTE VIVIMOS EN UN MUNDO EN EL QUE TODO ENTRA POR LOS OJOS. LAS IMÁGENES Y LA IMAGEN NOS INVADEN POR TODAS PARTES, Y LA PRESENTACIÓN SUPONE UN PORCENTAJE MUY ELEVADO DEL ÉXITO, EN TODOS LOS ASPECTOS, VALORÁNDOSE EN MUCHOS CASOS MÁS QUE LA VERDADERA VALÍA, TANTO DE LAS PERSONAS COMO DE LOS PRODUCTOS. ASÍ SON LAS COSAS!!!!

Gloria Bendita 18 agosto 2012 - 11:27

Lo que es muy fuerte y muy mal ejemplo para nuestros hijos es que se valore más la cultura del pelotazo aunque no haya ninguna base cultural y el mangoneo que trabajarse un camino de retos para el bien nuestro y el de la sociedad. Dónde iremos a parar?

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