Adela Marín, la fuerza de la pasión

por Clara Guzmán
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Adela Marín, flanqueada por dos modelos

Tiene la fuerza de la juventud y la pasión de quien está convencida a pie juntillas de lo que hace. Se llama Adela Marín Galvín y la vocación le viene de familia. Tiene proyectos e ilusiones que con la que nos está cayendo es como poner una pica en Flandes, pero sobre todo tiene el referente de sus padres, a quienes le gustaría parecerse.

«Estudié Diseño y Gestión de la Moda en CEADE y luego Patronaje en Tecniprat, hoy «Sevilla de Moda», mientras lo compaginaba con prácticas en Africa de Vicente, Loewe y Cuqui Castellanos. La vocación me viene de familia.Mi abuela era sastra y mi madre se dedica a la decoración en su negocio Luna Lunera, en la calle Sierpes. Junto enfrente de Victorio &Lucchino, donde Manoli me ponía vídeos de sus colecciones». Entonces Adela Marín se pone a enunciar la cantidad de concursos en los que mostraba sus novatas propuestas, a las que siempre les ponía la esperanzadora etiqueta de triunfadoras. «Me presenté a muchos certámenes, a Andalucía de Moda, al Simof, a Sevilla de Boda, siempre como diseñadora novel. También hice un proyecto fin de carrera basado en la película «El lago azul», una colección de ropa de náufrago, muy estilo ibicenca, blanca, con puntillas y encajes. Lo vendí a una firma precisamente de Ibiza, Silky Moda Ibicenca, con la que trabajé en este proyecto durante dos años. Después me fui a Madrid y sólo estuve seis meses  en el departamento de Moda de Vogue, porque me pilló la crisis en su mayor apogeo. Entonces me volví a casa a seguir con mis colecciones».

¡Qué monada!


Y aquí sigue ddiseno-monoándole al magín a ver cómo se las maravilla para sacar al mercado las ideas más atrevidas . «En marzo saqué una colección nueva a la que bauticé con el nombre de ¡Qué monada!, toda de monos, una prenda que me gusta mucho y que es difícil de encontrar. Está inspirada en los años ochenta, que están tan de moda, la música, las hombreras… y ha gustado mucho. Los monos son todos en colores maquillajes, empolvados y con un aire masculino. Tampoco he dejado de hacer trajes de flamenca, donde el tejido y el color son los protagonistas. Por cierto, Lina me mataría porque yo me salgo de los cánones. En mis trajes predominan las espaldas bajas, los escotes amplios, sin mantoncillos ni flecos y los volantes tienen mucho vuelo, por lo que gasto mucha tela en cada traje. Los tejidos los busco con mucho ahinco en mercadillos, en la calle Cuna o en un Polígono. Suelen ser dupión, mikado, combinado con crêpe y gasa, y los colores grises, verdes, rojos, fucsias, buganvilla, ciruela y beige. Todo lo vendo en mi estudio, donde tengo también mi showroom, en la calle Santa Ana, 35.  Mi público son chicas jóvenes de veinte a cuarenta años, que es el segmento que más dinero se gasta en ropa».

Quizás porque tiene las ideas muy claras,  Adela Marín es muy crítica con los organismos públicos que dicen apoyar a los principiantes. «Nos ayudan con la boca chica. Lo primero que deberían dar son cursos de formación. Hay jóvenes que diseñan muy bien pero que no saben encauzar el producto. No creo que toda la partida presupuestaria tenga que ir dirigida a organizar pasarelas, que son efímeras, sino a jornadas relacionadas con las ventas en los showrooms, a conseguir espacios en ferias internacionales o a dar facilidades a las empresas para que contraten a los jóvenes en prácticas. En mi caso me he formado por mi cuenta. Además de mis estudios de diseño, he estudiado inglés y fotografía, pero no todo el mundo es tan avispado ni tiene la colaboración de su entorno. Para trabajar en moda necesitas dominar cuantos más soportes, mejor, porque trabajar en moda no es yo diseño y una costurera me lo cose. Hay que darle mucha importancia a la confección y no depender de terceras personas. La fotografía y el diseño gráfico también son relevantes, porque cuantas más disciplinas manejes, mejor, sin olvidar el dominio del color ni el de la fisonomía. Cada día hay que estudiar más, saber historia de la moda y conocer, por tanto, de donde vienen las tendencias».

Pero no todo es oscuridad en el panorama de la moda para Adela Marín. En medio del desierto siempre hay un oasis. «En Sevilla todo está fatal para los jóvenes, por eso hay que agradecer al diseñador Fernando Claro que cree cultura de moda en la ciudad con los eventos que organiza y que sirven de acicate para los que queremos vivir de esta profesión. Yo misma me quiero volver cuanto antes a Madrid o irme a Londres a hacer un curso de estilismo en la Saint Martin’s porque el campo de la asesoría de imagen me parece muy atractivo».

Desde sus jóvenes ojos, Adela Marín ve que la moda goza de muy buena salud. «Se lleva de todo, distintos tejidos, colores. Hay una moda a precios muy económicos, porque la moda se ha democratizado y al haber tanta oferta la competencia es mayor. Antes era màs elitista, pero hoy todo el mundo puede disfrutar de vestirse como quiera. Lo único que me preocupa son los patrones que nos imponen. Es verdad que en Hollywood se llevan las mujeres más curvilíneas, pero en Francia e Italia nos proponen niñas cada vez más escuálidas. Modelos de quince años con figuras inalcanzables para las mujeres que realmene van a comprar la ropa que exhiben. Me da miedo que se impongan cánones de belleza tan poco naturales e insanos, porque si se llega a ese estado físico, cómo se estará mentalmente».

Respecto de los diseñadores actuales, Adela Marín recurre al lenguaje taurino para definirlos. «Pasa como con los toreros que hay que preguntar por qué temporada te ha gustado más. A mí me está gustando cómo lo está haciendo la Casa Balmain. De los españoles me quedo con Josep Font y con Victorio& Lucchino dos visionarios con un problema, que quisieron quedarse en Sevilla.  La familia Missoni me gusta mucho por el aire hippy que tienen sus prendas; Carolina Herrera tiene un diseño sencillo y favorecedor y Stella McCartney, que diseña para chicas de 20 a 40 años. A mí particularmente me gustaría parecerme a Valentino, a Oscar de la Renta o a Elio Berhanyer, que tienen en común contar con una larga y fructífera trayectoria. Sé perfectamente que llegar a eso es difícil, pero con llegar a mi tope personal me doy con un canto en los dientes; es decir ser la mejor persona que pueda llegar a ser, tener ilusiones y sueños. Me gustaría parecerme a mis padres, tener esa gran capacidad de trabajo de mi madres y esa gran capacidad de ilusión de mi padre, que vengan como vengan las cosas nunca se les quita las ganas de trabajar».

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8 comentarios

ADELITINA 24 mayo 2011 - 2:32

MUCHAS GRACIAS POR TODOS LOS COMENTARIOS Y EN ESPECIAL A CLARA QUE SIMEMPRE ESTA CERCA Y APOYANDOME. SABES Q TE ADMIRO Y QUE TE QUIERO MUCHO.

Joselito 11 junio 2010 - 9:47

No conozco a Adela Marín pero me gusta su fuerza. Adelante, que seguro que te comes el mundo.

María Luisa 10 junio 2010 - 10:57

Conozco Luna Lunera y sólo puede decir que se cumple ese refrán de que de tal palo tal astilla.

Sergio 10 junio 2010 - 10:12

Enhorabuena por este blog. Me gusta que salga gente que no es famosa.

Soledad 8 junio 2010 - 12:20

Me parece muy bien que se publique en los blogs cosas de gente que está empezando.
Saludos desde Bilbao

Pepe 8 junio 2010 - 11:11

Qué bien que haya niñas tan espabiladas en este oficio.

Chica 8 junio 2010 - 10:59

Esta niña se merece lo mejor.

Susi 8 junio 2010 - 10:14

Me encanta la gente joven con ilusión y ganas de trabajar.

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