Historia de la moda. El encaje de Bruselas

por Clara Guzmán

 

Un modelo de alta costura de la firma Valentino

Una amable lectora me pidió información sobre el encaje de Bruselas a raíz de leer mi entrada acerca del origen de este delicado tejido. Sobre el encaje se podría escribir un tratado en el que muchos se sorprenderían del entramado de historias en torno a los hilos de seda, algodón, lino, oro o plata que lo conforman. El encaje ha vuelto con fuerza a las pasarelas. Los grandes de la aguja como Valentino, Dior o Armani llevan dos temporadas haciendo alarde de su elegancia en diseños exquisitos, que luego lucen estrellas del celuloide para brillo y esplendor de la firma.

 

Diseños de Valentino para esta temporada

Alianza de civilizaciones

El encaje ha sido a lo largo de la historia como una especie de hilván que ha ido conformando una alianza de civilizaciones. De los egipcios a los árabes, pasando por los judíos, los españoles, los italianos o los belgas, cada cultura ha aportado su habilidad a la hora de crear un tejido utilizado como adorno o en la aplicación sobre otras telas. Pero vamos a centrarnos en el de Bruselas y otro día lo haremos en cualquier otro. Cuentan las crónicas que en Bélgica, en el siglo XV, los encajes más conocidos eran los de Amberes, Flandes y, en especial, el del punto de Bruselas, confeccionado a la aguja con hilos de muy alta calidad. Su trascendencia en el tiempo se debe a la formación, aunque suene muy academicista el término. No hay nada como la preparación para que un producto sea renombrado por su calidad. A mitad del siglo XVI, la mayor parte de la población de Lieja se dedicaba a su manufactura, llegando a ser muy popular este arte en los Países Bajos.

 

Algunas piezas de encaje son obras de arte

 

Manos femeninas

Maribel Bandrés, una estudiosa de la moda a la que se le debería reconocer su dedicación a este campo, dice que bajo el reinado de Carlos I se ordenó su enseñanza en las escuelas y conventos, con lo que esta labor formó parte de la educación de las mujeres del país. «En Flandes- escribe en su recomendada obra «El vestido y la moda»- se fabricó el encaje de Valençiennes, delicada labor de bolillos, cuyo procedimiento se trajo de Francia a finales del siglo XVII, aunque más simplificado, así como el llamado encaje de Flandes, con la misma técnica, y cuyos centros más importantes fueron Brujas y Gante. Entre los genuinos encajes belgas, realizados de la misma manera, está el de Malinas, considerado el más antiguo de aquel país; el encaje duquesa, que fue muy imitado, y el llamado aplicación de Bruselas, cuyo proceso de ejecución es el mismo que el duquesa, aplicado después sobre un tul especial hecho a máquina».

 

Dior también apuesta por el encaje

Redecillas de oro y plata

Esos encajes que hoy vemos en vestidos sensuales y sugerentes, incluso en trajes de flamenca; en faldas con un halo romántico o con el apellido vintage, también tuvieron en España mucha tradición y su origen parece ser árabe. Los primeros encajes, asegura Maribel Bandrés, se hicieron a la aguja, un sistema que llevaron los españoles a los Países Bajos durante el reinado de Felipe II, en el siglo XVI, al igual que España importó el encaje de bolillos de Flandes.

 

Penélope Cruz, con un sensual vestido

Los judíos también confeccionaban punto o redecillas de oro y plata, una labor que continuó y que se convirtió en una industria de reconocido prestigio, una vez expulsados de España. En Barcelona había un gremio de tejedores de gran predicamento, así como en otros puntos de la geografía española, como Camariñas, en Galicia o Almagro, en La Mancha.

El encaje ha pervivido a través de los años. Se ha conservado su delicada labor, aunque también han aparecido sucedáneos que son, como todo lo que quiere parecerse al original, burdas imitaciones que no merecen ser tenidas en cuenta.

Entradas relacionadas

9 comentarios

violeta 16 noviembre 2011 - 22:47

Hola estoy haciendo un trabajo de estetica necesito mías infornación sobre la evolución del encaje en la moda .gracias

manuel obando 27 julio 2011 - 10:41

Efectivamente es un tema interesantisimo el que nos acerca Clara con esta entrada.
A mi siempre me impresiona que un arte tan antiguo y tan delicado perdure hasta nuestros dias y se continue valorando y disfrutando tanto en este mundo de prisas que vivimos.
Tambien tenemos la suerte de vivir en Sevilla que ha sabido conservar el uso de la que mantilla española, que creo que no tiene nada de añejo si no que es un lujo tan nuestro…. Asi como con nuestra Semana Santa, a la que se le debe tanto en la conservacion de piezas de estos encajes tan bellos como valiosos.

Helene 26 julio 2011 - 23:48

Clara, este artículo sobre el encaje a través del tiempo me gusta mucho, como también me gustó el que escribiste de la lencería hace ya varios meses. ¿ Hay una forma de leer una recopilación de todos tus artículos? un saludo muy especial

Josemary 25 julio 2011 - 18:30

Cuántas cosas interesantes tiene este blog. Esta señora debería escribir un libro si no lo ha escrito ya y escribir en otros medios, porque se lee cada cosa por ahí. Buenas tardes.

Lucía 25 julio 2011 - 17:24

Cada día me gusta más este blog. No es igual a los demás que conozco. Tiene mucha personalidad. Enhorabuena y adelante, siempre adelante

Miguel Reyes 24 julio 2011 - 23:54

Clara muy interesante este articulo . me gusta mucho tu blog y la información que nos da de nuestra profecion y a los que les gusta la moda . un abrazo

blancagallego 24 julio 2011 - 23:12

Me encanta el árticulo, muchísimas gracias Clara por documentarnos de una manera tan amena, yo soy una enamorada de este tejido y lo utilizo en casi todas mis colecciones, bien en forma de incrustación o como elemento principal.

Fabián 24 julio 2011 - 18:51

Que chulada.

Irina 24 julio 2011 - 18:05

Mu interesante. Este blog es sorprendente.

Los comentarios están cerrados