¿Estalla la burbuja de la moda «low cost»?

por Clara Guzmán

 

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Fotos: Internet

La noticia está recién horneada. Mango, la compañía española segunda en el ranking de distribución de moda, cerró el año pasado con unas pérdidas de 61 millones de euros, frente al resultado positivo de 11,8 millones de euros del ejercicio anterior. Según informa el portal modaes.es, el grupo catalán, que prevé volver a  obtener beneficios en el ejercicio 2017, atribuye las pérdidas al impacto desfavorable del tipo de cambio y al plan de transformación del negocio.

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Estos resultados coinciden en el tiempo con un desgaste del modelo; es decir, una especie de pinchazo de la burbuja, que recuerda al sector inmobiliario. Se ha exprimido demasiado a la gallina de los huevos de oro y  el mercado se ha saturado. El consumidor, al menos en Europa y en Estados Unidos, empieza a cansarse de  esta fórmula de moda rápida y de poca calidad y aspira a otro modelo, donde comprar moda sea una inversión.

 

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Un reportaje publicado recientemente en el periódico catalán La Vanguardia y firmado por Aintzane  Gastesi, se hacía eco de la apatía del consumidor  «low cost», más exigente y menos conformista. «Cada vez las marcas tienen que hacer más esfuerzos para atraer a un consumidor que no está tan activo como antes de la crisis», aseguraba  Jaime Díez, director de clientes de la consultora de consumo Kantar  Worldpanel.

 

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Es cierto que Inditex sigue siendo la reina de los mares y que le saca ventaja a sus competidores, pero no obstante, la irlandesa Primark domina el mercado español. Según los datos de la consultora Kantar Worldpanel, Primark fue el año pasado la cadena que atrajo mayor número de compradores en el mercado nacional. Un mercado en retroceso, ya que en 2016 perdió 180.000 compradores respecto del año anterior.

 

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«Sin embargo-continúa el informe- más de nueve millones de consumidores optaron por la marca «low cost» irlandesa, por delante de la marcas del grupo Inditex. H&M fue la tercera en el ranking. Pero en general, las ventas del sector de moda (incluido complementos, calzado y textil hogar) cayeron un 9% en el 2016 debido a la inestabilidad política y económica del ejercicio. ¿Pero cómo recuperar las ganas de comprar del consumidor?

 

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A lo que más se aferran las grandes cadenas es a las aperturas de tiendas descomunales y a las reformas. Hay que atraer la atención del consumidor como sea. Zara, por ejemplo, abrió en abril un faraónico establecimiento en la Castellana, en Madrid, el más grande del mundo, con más de 6.000 metros cuadrados. Claro que Primark le gana por goleada. Cuenta en la Gran Vía con una tienda de cinco plantas y 12.000 metros cuadrados. ¡Esto es la guerra!

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3 comentarios

Aurelia Medina 6 septiembre 2017 - 19:49

Clara muy bien, como siempre. Pero al hilo de este artículo se me ha ocurrido, que igual ese posible pinchazo, puede tener unas causas no ajenas a la realidad económica en la que estamos viviendo. Esas mentes privilegiadas, o psicópatas, según se mire, de las finanzas mundiales que han dado lugar a lo que está pasando, ¿se han parado a pensar en las consecuencias de esta locura? Pero al grano, es decir; a las tiendas «low cost». Se supone que estas tiendas eran a las que acudían las personas de salarios moderados, jóvenes, etc., pues bien ahora resulta que esas personas pueden estar ganando (el que tenga la suerte de tener trabajo) 700€ al mes y pagando un alquiler de 600€, estas criaturas ¿se pueden comprar un trapo por barato que este sea? Ese puede ser un grupo, tirando a la baja, pero incluso en clases medias de profesionales cualificados, ha llegado el efecto por diversos motivos (recoger en casa a hijos en paro, ayudar al hermano que lo van a desahuciar…).
Esas mentes privilegiadas de los despachos de lujo que pagamos todos se supone que han tenido que reflexionar que si cierra Zara los dependiente y todo lo que hay detrás se va al paro, que si no nos tomamos la cañita en el bar de la esquina, el bar cierra, que si no tomamos el taxi, el taxista no puede comprar en Mango….no estoy descubriendo America, pero a veces parece que se olvida esa inexorable cadena. Y si lo han pensado ¿que pretenden? Parece que están dispuestos a seguir apretando. Creo que lo de psicópatas es poco.
No se si hoy me he levantado lúcida o pesimista, el tiempo dirá.
¡Ánimo que ya queda menos!
Clara siempre es un placer seguirte.
Saludos
Aurelia Medina

Juan Garramiola 17 agosto 2017 - 11:16

Yo creo que entre el público que compra en este tipo de establecimientos estos últimos años, hay muchísima gente que compraba en tiendas multimarca, acostumbrados a prendas de calidad y diseños más exclusivos ó simplemente diferentes, además de un trato personalizado, que por supuesto no encuentran en este tipo de tiendas, estos clientes gracias a Dios están volviendo a las tiendas multimarca ó Boutique, las cuáles habían dejado sólo para la prenda de ceremonia, (los fabricantes de Sport lo hemos pasado muy mal), ya que este cliente desapareció casi completamente, estuvo y está comprando en tiendas de Inditex y Mango principalmente, la verdad es que algunos tal vez cansados de mirarse en el espejo de muchas personas cuando salen a la calle y se ven que coinciden con la misma prenda ó van vestidos completamente igual que ellos, ó sea, esa exclusividad y trato personalizado en las tiendas ó Boutique a las que iban antes lo echan de menos y gracias a que la crisis se va dejando atrás, el poder adquisitivo no es el de antes, pero esta mejoría de los últimos años se nota en muchos negocios, con la vuelta de estos clientes.
Ya va pasando el tiempo en que me decían, «mira tu que te dedicas al mundo de la moda,¿A que no sabes donde me comprado este vestidos mono?, y yo contestaba, ¿Quieres que te diga la verdad y cuantos he visto iguales?.
Aunque el tiempo meteorológico se empeñe en fastidiando acortando las temporadas de otoño invierno y alargando la primavera verano

mely 16 agosto 2017 - 23:44

Creo sinceramente y por experiencia en un sector que entiendo bien, que cuando no sigues unos cánones y vas cambiando de diseñador creativo y creciendo con tanta velocidad , la esencia desaparece y con ello el cliente fiel se cansa porque es la propia firma quien abandonó al cliente. Qué bien expuexto una vez más Clara.

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