Estreno en España de la película «Yves Saint-Laurent»

por Clara Guzmán
Telademoda

Fotos tomadas de internet

Este viernes se estrena en España la película de Jalil Lespert, «Yves Saint-Laurent», sobre la vida del diseñador francés, para quien la moda supuso también una válvula de escape a su carácter retraído y atormentado, al haber crecido excluido por su condición de homosexual. Nacido en Orán (Argelia), en el seno de una de las familias más acomodadas de la ciudad, fue un niño tímido y escurridizo, que paliaba el acoso escolar del que era víctima con su pasión por el teatro y la moda, además de andar bisbiseando  todo el día una especie de mantra que le ahuyentaba sus fantasmas infantiles: “Algún día seré famoso, algún día seré famoso”.

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La película, protagonizada por Pierre Niney, no es la clásica hagiografía en que se suele convertir toda obra que narra, en lenguaje escrito o visual, la existencia de cualquier personaje de cualquier ámbito que haya descollado en su oficio. En esta ocasión no se elude ni la inestable personalidad de este genio de la aguja y el dedal,  ni sus adicciones ni evidentemente su condición de homosexual, que se afronta sin ningún tipo de tapujos, de frente y por derecho. Quizás porque el argumento gira en tono a su historia de amor con Pierre Bergé, socio, amigo y amante, que interpreta Guillaume Gallienne.

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Apasionado lector de Proust, Yves Saint-Laurent, concebía la felicidad como una cama llena de gente, la misma en la que le hubiera gustado morir. Es lo que tienen los cuestionarios que llevan el título del autor de «En busca del tiempo perdido», que te hacen decir a bote pronto cosas que jamas dirías tras una tranquila reflexión. «Yves solo es feliz dos días al año: el de su desfile de primavera y el de su desfile en otoño». Es una de las frases de la película, que pone de relieve su obsesión enfermiza por el trabajo. Obsesión que, como hemos comprobado a lo largo de la historia de la moda, no es patrimonio del creador del esmoquin femenino.

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Pierre Bergé, su pareja y socio durante cincuenta años, no sólo dio el visto bueno a la cinta, sino que aportó archivos y esgrimió algunas directrices para su rodaje. En la película se jalean sus triunfos, pero también se orean sus fracasos,  sus dudas y sus miedos; se recrea en sus retos y en su constante caminar por la cuerda floja de sus emociones. En esos arranques propios de los tímidos, a veces se subía al pedestal y decía: «En la alta costura, y en los próximos años, detrás de mí no vendrá nadie que merezca la pena. No veo ni un sólo talento”. Bueno, algo así, como detrás de mí, el diluvio, que dicen que dijo Luis XV.

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«Yves Saint-Laurent», considerada por algunos críticos de cine como demasiado melancólica, sofisticada y envolvente, tiene sin embargo para  Pierre Bergé la cualidad de contar con un actor que encarna a le perfección la manera de ser y de estar del modista, que falleció en el año 2008. «Niney no interpreta, sino que es Yves en la película», aseguró en su cuenta de Twitter Bergé, quien también destacó la actuación de su álter ego en la cinta, el actor Guillaume Gallienne.

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La historia cinematográfica del modista perfeccionista y siempre en permanente estado de concentración, se cierra con la presentación de la colección «Ópera y los Ballets Rusos». Era el año 1976 y el escenario, el salón dorado del Hotel Intercontinental de París. Fue su primer desfile presentado con gran alarde teatral, como aquellos teatritos que montaba de niño teniendo a su madre de espectadora de excepción. «Yves Saint- Laurent» es más bien una película para los amantes de la moda, de la belleza y de la estética. Los  puristas de la gran pantalla seguro que le ponen más de una pega.

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2 comentarios

FATIMA 27 septiembre 2014 - 20:54

Ya por fin vi la película de YSL. El pozo que me queda al final es el hecho de confirmar algo que ya sabía, que era un alma atormentada, y todo ello hecho por el cine francés, que ya es mucho…. Ya sabía que la película trataba más que nada sobre su parte personal, por lo que no iba de nueva. Por lo que desde este blog , les hago llegar a los señores franceses del cine, que intenten hacer una película donde muestre el proceso creativo de YSL, en el que obviamente su vida personal era parte de su inspiración. Esa, si que sería una gran película, ya que ¿qué nos importa a los amantes de la moda sus líos amorosos, si no muestra absolutamente nada de su manera de crear, de su trabajo, de su relación con sus musas, Betty Catroux y Loulou de la Falaise? Ellas dos, en la película salen de soslayo, como meros personajes sin dotarles de lo que realmente representaron para YSL; fueron dos mujeres muy importantes en su vida, y si no lo supiera, no sería capaz de adivinar viendo la película, que fueron musas de este genio. La película está coja, le faltan patas para que se pueda mantener en pie.

Evangelina 17 septiembre 2014 - 21:57

Me encanta cómo lo cuentas todo.Lo bien que nos informas. Se nota que eres periodista.

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