Protocolo. La mantilla en Semana Santa

por Clara Guzmán

 

La mantilla, una tradición que se renueva cada Semana Santa. Foto: Nieves Sanz

 

Es una tradición que, en los últimos años, se ha reavivado, pero todavía hay muchas normas protocolarias que se ignoran a la hora de vestirse  de mantilla el Jueves y el Viernes Santo. Para evitar esas anomalías que echan por tierra un rito, María Fernanda Sainz de la Maza, experta en Protocolo y Relaciones Institucionales, profesora de esta disciplina en los cursos de formación ocupacional,  nos dará las pautas a seguir, en una entrada con la que se inaugura la sección Protocolo en telademoda.

 

La pintora y diseñadora Esther Amo

 

 

«El protocolo exige que el vestido que se lleve con la mantilla negra en Semana Santa tiene que ser de color negro, manga larga o francesa y largo por debajo de la rodilla, aunque durante los años 30-40 se utilizó el traje largo.  Las telas pueden ser: terciopelo, seda, muaré, crepé… no siendo de encaje. Es inadmisible la minifalda, así como los pantalones. Se deben evitar los escotes pronunciados, ya que vamos a asistir  a los Santos Oficios y a visitar los Sagrarios.  El zapato será de  salón, siempre con tacón, y las medias, finas de color negro y lisas. Por lo que respecta al bolso, será de tipo cartera o con asa, pero siempre de tamaño pequeño y color negro o carey.

 

 

El uso de la peina se remonta al siglo XIX. Foto: Nieves Sanz

 

Se puede llevar un rosario de plata o azabache y guantes, que serán siempre de color negro.  El pelo se deberá llevar indefectiblemente recogido en un moño para que sujete a la peina. En lo que respecta a los complementos, el principal es la peina; su uso se remonta al siglo XIX, con el fin de que al ponerla se elevase la mantilla.  Sus antecedentes se encuentran en los tocados femeninos íberos, concretamente en las diademas y tiaras cuyas formas y aplicaciones son iguales a la peineta.

 

 

Con la mantilla negra no se deben llevar flores. Foto: Nieves Sanz

 

Las peinetas pueden ser de diferentes tonalidades, desde las más claras a las más oscuras de formas redondas, cuadradas y rectangulares. En Sevilla las que más se usan son las peinas de teja.  Las de media teja se utilizan para ceremonias fúnebres de miembros de la Familia Real. Pueden ser lisas o con dibujos calados.  Las peinas de carey o concha han sido sustituidas hoy en día por materiales sintéticos como el celuloide.  Las que más se usan son las rectangulares con remate semicircular.  Las de carey se siguen fabricando pero sólo por encargo, ya que su precio, debido a su escasez, es muy elevado. 

 

 

La empresaria Victoria Sainz de la Maza

 

Otro de los accesorios es el broche, que sirve para sujetar la mantilla a la peina por detrás, en la parte de la nuca.  Ha de ser de plata o de oro blanco. Hoy  en día se utilizan de bisutería. Los pendientes, siempre largos, de plata, oro blanco con brillantes o circonitas, conocidos como los de Virgen.  También son admisibles las perlas y el azabache, pero nunca los corales. Estos son para utilizarlos con la mantilla blanca.  Abstenerse de llevar claveles o flores tanto en la cabeza como en el pecho.

 

 

La mantilla no puede ser embargada. Foto: Nieves Sanz

 

Se puede llevar también  una gargantilla a juego con los pendientes, una cadena con una cruz o un collar de perlas. El buen gusto no está reñido con el dinero, teniendo en cuenta estos consejos iremos perfectas en estos días de nuestra Semana Mayor. La mantilla es una tradición que identifica a la mujer española en el mundo y ha propiciado la creación de verdaderas obras de arte que se conservan en las familias por generaciones. Posee un gran valor simbólico hasta el punto de que por ley no puede ser embargada».

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