Galliano, quemado en sociedad

por Clara Guzmán

 

 

Cristóbal Balenciaga, ese arquitecto de la moda prudente, cuasi ermitaño para los que ansiaban acceder a él y no lo conseguían, tenía un lema. Un lema que era toda una filosofía de vida: «No te quemes en sociedad». Es decir, haz tu trabajo lo mejor que sepas y huye de los focos, que los focos acaban por achicharrarte. Qué pena que John Galliano desconociera ese principio básico para nadar y guardar la ropa, donde tanta ropa hay que lavar.

 

 

John Galliano, quien fuera deslumbrante y deslumbrado director creativo de la firma francesa Dior, ha vuelto a los papeles. Ha vuelto para que nos cuenten que sí, que sólo tiene que pagar 6.000 euros de multa por su salida de tono racista y antisemita del pasado mes de febrero, que le costó su puesto en la Casa. Galliano, ya lo apuntábamos entonces, ha salido por la puerta de atrás de una firma a la que dio brillo y esplendor con unas espectaculares puestas en escena, en donde la ropa era elevada a los altares de la moda, en un evidente juego de palabras celestial con la Casa que representaba. Pero Galliano, ese chico gibraltareño de madre de La Línea, Anita, que le inculcó el gusto de ir bien vestido los domingos, empezaba a descollar por libre, sin necesidad del yugo de Dior. Y eso, evidentemente, era peligroso.

 

 

Rebelde barroco

Era Galliano un espectáculo en sí, por su aspecto, por su impronta de rebelde barroco. Por sus venas corrían algunas  gotas de sangre jacobina y claro, acabó en la guillotina. Una guillotina que a su empresa le ha salido barata. Corren tiempos en los que ya no hay glamour ni para despedir al personal de las firmas de lujo. ¿O es que usted se cree que al pobrecito Galliano lo pillaron por casualidad soltando sapos y culebras contra los judíos o diciendo amo a Hitler con menos candor pero con la misma contundencia que aquellos otros decían amo a Laura?

 

 

 

Galliano estorbaba. No daba la talla fuera de las cuatro paredes y era un adepto más a esa hoguera de las vanidades, que al principio da calor, pero luego y cuando menos te lo esperas se convierte en el hielo de la soledad. Soledad profesional y personal. Galliano empezó por la última y acabó poniendo su cabeza en la fría cuchilla del se acabó lo que se daba. Usted era; ese pasado en el que en un abrir y cerrar de ojos se convierte una carrera consolidada que da frutos individuales y colectivos.

 

 

Fecha de caducidad

Galliano tenía su fecha de caducidad escrita en su curriculum vitae. Dior no acepta ángeles caídos, pero prefiere, como cualquier empresa, que sean ellos los que prendan fuego a sus alas y se den de bruces contra el suelo. Hay que mantener la inocencia de la firma. Galliano se ha quemado en esa sociedad que hoy te eleva a los altares y mañana te desciende a los infiernos. Y que pase el siguiente y se siente. Dicen que el diseñador de Nueva York  Marc Jacobs será su sucesor; que la noticia se sabrá a finales de este  mes, y que  ya está en tratos con directivos de la Casa. Pues que Dios, el que está arriba, lo coja confesado. 

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12 comentarios

Valentin 17 septiembre 2012 - 15:23

I remember i had a problem with that some time ago. If i only read it earlier 🙂

Ofelia 16 septiembre 2011 - 0:56

Realmente es una pena que tanto talento quede en un segundo plano tras sus desafortunadas palabras

Gonzalo G. 12 septiembre 2011 - 21:26

Si quieres empezar con mal pie, no tienes más que dar una imagen equivocada. Estamos ante una sociedad en la que la imagen lo es todo, y eso lo debería saber alguien que vive inmserso en el mundo de la fama y de la moda. Las fotografías revelan el lado ambiguo de este mismo mundo, fue el hombre que pudo ser rey. Pero le pasó lo mismo que al Titanic, obstinado con las puntas de los icebergs colisionó con lo verdaderamente importante, lo que no estaba a la vista, la base. Y lo triste parece ser que lo suyo debió ser el caso de una muerte anunciada, porque como sugiere la autora «¿se cree que al pobrecito Galliano lo pillaron por casualidad soltando sapos y culebras contra los judíos o diciendo amo a Hitler? Al final, Galliano quedó como el personaje de un cuento de Christian Anderson. El creía que estaba vestido, pero iba desnudo como el resto de los mortales. Y eso que todos sabemos un viejo refrán: A rey muerto, rey puesto.

Marta Vera 11 septiembre 2011 - 17:16

Ha sido usado y tirado por la moda… Me encanto el articulo

Yoyes 11 septiembre 2011 - 12:19

Me he leído de cabo a rabo este escrito y tengo que reconocer que lleva mas razon que un santo la señora que lo ha escrito. He seguido muy de cerca la trayectoria de Galliano y es cierto, en todas partes al que saca el cuello se lo cortan. Lo que habia que tener en cuenta era su trabajo en la firma, lo demas era su vida privada, o no somos todos tan modernos???? Pues eso que lleve cuidado Marc Jacobs

Hortensia Gil 10 septiembre 2011 - 21:11

Que bien explicado Clara, llevas toda la razón, yo pienso igual, le tendieron una trampa, en la cual cayo……..para mi es uno de los genios del volumen

Peter 10 septiembre 2011 - 18:57

Me gustan los artículos de opinión de esta señora. Sabe de lo que escribe y por qué lo escribe.

Imanol 10 septiembre 2011 - 0:52

Yo creo que le tendieron una trampa al chavalote. Como dice aqui la chica, que al otro lo coja dios confesao, ja,ja,ja

Cristina 10 septiembre 2011 - 0:45

Me parece muy acertado este articulo sobre un genio de la moda que se ha visto en la calle por exhibirse demasiado. Es una lección. Nadie puede ser más que su jefe.

Herminia 10 septiembre 2011 - 0:39

Yo creo que Galliano está hundido por no haber calculado bien. Uno no se puede exceder en sus extravagancias. Aunque fueron a por él.Me encanta como esta enfocado el articulo.

Manolo Giraldo 10 septiembre 2011 - 0:35

Cuanta razon tienes Clara!!!! Hoy en dia hasta los genios son marionetas de los poderosos, asi va el mundo. Pero creo que Galiano sabra sacar tajada de toda esta polemica y volvera a brillar….asi va el mundo.

Alejandro Reche Selas 10 septiembre 2011 - 0:32

No tenía ni idea de que la madre de Galiano era de La Línea, la verdad es que tienes razón y hay que saber medir las palabras y los temas de los que se habla. Gracias a ti Clara aprendo algo nuevo con tus artículos, estupendos. Besos de un humilde becario.

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