ISESA, aniversario con mucha cabeza

por Clara Guzmán

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Celebrar el CXXV aniversario en perfecto estado de revista es un alarde. Es un alarde, sobre todo si se llega con cabeza. En Industrias Sombrereras Españolas (ISESA) ubicada en la actualidad en Salteras, se propusieron desde el principio que la calidad sería su meta. Y ahí están exportando a Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón o Israel y cubriendo la cabeza de uno de los héroes cinematográficos de los últimos tiempos: Indiana Jones

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En los libros de texto de Geografía se decía que en Sevilla, a finales del  siglo XIX y principios del XX , había una próspera industria sombrerera. Al parecer, fueron los franceses que se establecieron en la zona los que la impulsaron. Lo cuenta Esteban Roche, descendiente de uno de los fundadores de Sombreros Fernández y Roche, Antonio Roche Verdugo. Lleva cuarenta y seis años en la empresa, desde que entrara con catorce y es una memoria viva de la evolución del pequeño taller artesanal de su familia en una gran industria, tras la fusión con otras tres empresas más del ramo. «El documento más antiguo que conozco data la fundación en 1885. Se llamaba entonces Fernández y Roche Sucesores de Manuel Chazeta. Los talleres estaban en la calle Maravillas y posteriormente fueron adquiriendo fincas colindantes. En sus instalaciones llegaron a trabajar hasta quinientas personas, la mayoría residentes en viviendas ubicadas en las proximidades del centro de trabajo, con lo que fue  muy importante su contribución socioeconómica a la ciudad y especialmente a la zona, el noroeste del casco antiguo sevillano, elegida mayoritariamente  a finales del XIX para la radicación de industrias».

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La moda del sinsombrerismo

Todo iba como la seda para la industria sombrera, donde en España se contabalizaban hasta ochenta fábricas, cuando, según las crónicas, el duque de Windsor mandó parar y puso de moda el sinsombrerismo. Fue a mediados de los años veinte del siglo pasado y la aparente frivolidad de ir destocado ocasionó el cierre de numerosas fábricas de sombreros en todo el mundo. Fue entonces cuando cuatro fábricas españolas decidieron hacer frente a la crisis económica y se fusionaron. Corría el año 1930 y allí estaban convencidos de que la unión hace la fuerza los propietarios de las empresas sevillanas Sombreros Fernández y Roche y Sucesores de C.L. Palarea; la granadina  Industria Sombrerera y la catalana  Hijo de Jorge Graells Llansana. «Así surge ISESA (Industrias Sombrereras Españolas, S.A.) que en aquel momento de desconcierto económico para el sector arrojó unas cifras de producción enormes: 8.000.000 de kilos de conejo y liebre para producir 80.000 kilos de pelo, 500.000 conos de fieltro,  300.000 sombreros terminados, 100.000 kilos de filete (piel de conejo y liebre una vez quitado el pelo) para cola gelatina y 200 toneladas de desperdicio para abonos. Por entonces daba empleo a 800 trabajadores en tres centros de trabajo, uno en Barcelona y dos en Sevilla, para con los años trasladar todas las actividades, concretamente en 2005, a la calle Castilla La Mancha del Polígono Industrial Los Llanos, en Salteras, Sevilla».

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Mujeres en la fábrica

Dice Esteban Roche que desde sus orígenes un porcentaje elevado de la mano de obra es femenina. «Venían las mujeres a trabajar con los niños en los capachos. Sí, esa estampa que tanto aparece en las cigarreras también era habitual en nuestra fábrica. El motivo puede estar en que tradicionalmente de las labores de costura se han encargado las mujeres, pero también porque es un trabajo que se puede compatibilizar con las tareas de la casa. El horario es de 7 a 15 horas y en la actualidad el 75% de los trabajadores son mujeres. Nuestra industria es fundamentalmente manufacturera que, pese a los avances técnicos, mantiene un importante componente artesanal, por lo que requiere mucha mano de obra y de alta especialización. Al no existir escuelas de capacitación profesional en este gremio, la formación corre a cargo de la empresa».

Esteban Roche, que estudió Filología Hispánica, «elegí la carrera que quería porque estaba trabajando», asegura que el sector sigue siendo negocio.»De momento sí, aunque es complicado porque la industria textil está muy castigada y sobre todo porque somos poco competitivos con otros países. La clave de nuestra supervivencia es que nos propusimos la meta de la calidad, desde el primer momento. Con artículos baratos es más fácil que te barra la competencia, además, si te quedas estático, el cliente te fuerza a innovar. Por esta razón no hay competencia con los chinos, porque nos situamos en el nivel alto del mercado. A ellos les interesa las cosas que se hacen en grandes magnitudes. En lo barato son imbatibles, por eso para nosotros no representan un problema».

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La exportación

Esteban Roche, a quien acompaña en la entrevista Miguel García, el joven director de ISESA, no puede ocultar su orgullo cuando habla de que actualmente las exportaciones absorben cerca del 80% de la fabricación y tienen como países destinatarios  los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón e Israel. «Hasta 1980 prácticamente la totalidad de las exportaciones era de fieltros en bruto para su posterior transformación en sombreros, pero desde esa fecha las ventas al exterior han derivado hacia la de sombreros terminados, con el consiguiente valor añadido». ISESA tiene uno de sus mejores clientes en la comunidad de judíos ortodoxos de Estados Unidos e Israles «Es un segmento de alto poder adquisitivo, sobre todo los residentes en Estados Unidos. Nosotros empezamos a trabajar con Israel, en concreto con la marca Stetson, a quien vendíamos el fieltro. Hay que tener en cuenta que los judíos son muy marquistas. Una vez que vieron nuestras prendas de cabeza terminadas empezaron a pedírnoslas. Dentro de la comunidad judía hay distintos tipos de sombreros, que nos obligan a cambiar la maquinaria y a iniciar un proceso nuevo.  Es verdad que vendemos más sombreros de caballeros, el de señora es minoritario porque es un mercado más inestable y el diseño además es más complicado. Haber contratado a la firma Cherubina, de Ana García, ha sido ideal porque es un primer paso para fabricar su producto, al tener capacidad, para más adelante ir involucrándola en el diseño. El mercado de tocados de boda es muy cíclico. Cuando se masifica pierde interés».

Dice Esteban  Roche, que además de todas estas actividades, la empresa inició en 1962 otra de carácter comercial basada en la distribución de artículos extranjeros relacionados con los sombreros. «El creciente aumento en la cifra de negocios derivados de esa actividad propició que las nuevas instalaciones de Salteras dediquen importantes espacios para almacenes y sala de exposición. Asimismo hemos abierto un departameno de Exportación. Queremos introducirnos en Alemania y Francia,  y participar en las ferias del sector que se celebran en distintos países europeos».

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Indiana Jones, tocado y a flote

En el año 2008, ISESA salió en todos los papeles habidos y por haber porque en esta fábrica de Salteras habían realizado la producción en serie del sombrero original de Indiana Jones, el héroe cinematográfico que encarna Harrison Ford, salido del magín del director George Lucas. Ahora, según cuenta su director, Miguel García, están trrabajando para realizar el original  de la próxima película del profesor universitario y arqueólogo que, a pesar de los años, sigue viviendo un sinfín de aventuras.

Pero para aventuras las que vive a diario esta fábrica «antigua, pero muy viva, sin conformismos», puntualiza Esteban Roche. «Siempre hemos tenido un taller de mantenimiento, porque es muy importante que nuestras máquinas estén a punto. Por eso necesitamos personal que conozca su funcionamiento, además de destinar una partida presupuestaria  para hacer moldes y máquinas nuevas».

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8 comentarios

Lupe 17 septiembre 2012 - 15:05

Did you ever think about writing an ebook about it?

ALONSO 28 julio 2011 - 12:31

Artesanos y de calidad, como hace mas de un siglo, gracias a trabajadores que son los autenticos Indiana Jones, felicidaes. P.D. VIVELO

ALONSO 28 julio 2011 - 12:24

Artesanos y de calidad, como hace mas de un siglo, con el esfuerzo de los trabajadores que son los autenticos Idiana Jones, felicidades. P.D. VIVELO.

Carlos Shaw 27 julio 2010 - 11:53

Interesantisimo articulo sobre la moda del sombrero a lo largo del siglo XX,me alegro muchisimo de que esta industria siga adelante a pesar de las modas de llevar o no llevar esta prenda.Enhorabuena a la fabrica y a la periodista Clara Guzman.

Concha 9 julio 2010 - 11:46

Sombrero, ay mi sombrero. Buenos son los sombreros de ISESA. Lo sé por experiencia.

José Luis 9 julio 2010 - 10:08

Estoy de vacaciones y me he leído este reportaje. Muy interesante.
Saludos desde Salamanca

Jacinto 8 julio 2010 - 11:11

Interesante reportaje. Muy curioso, sobre todo por aportar datos de la época en la que surgió esta fábrica. Enhorabuena

Paula 5 julio 2010 - 12:04

Buenos días,

le escribo desde una agencia de relaciones públicas de madrid. El motivo es que uno de nuestros clientes va a realizar una serie de actividades que consideramos pueden ser de su interés como bloggero.

Si le interesa la información, envíeme un correo electrónico a paula@tuatupr.com y le facilitaremos los datos.

Saludos

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