La moda infantil española progresa adecuadamente

por Clara Guzmán
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En la imagen, algunas de las propuestas de la firma Bóboli

En las pasarelas pasa como en los toros, que hay división de opiniones. Hay quienes ven innovación a raudales y quienes aseguran que es más de lo mismo. Ahora, en estos momentos de hartazgo de crisis, los juicios de valor, a veces a bote pronto, giran en torno a quienes ven la botella medio llena y a los que la ven medio vacía. En cuestión de modas, que no de moda, ya lo dijo Paul Poiret, en 1890: «El vestido es una industria cuya razón de ser es la novedad». La novedad en la setenta edición de la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil  (FIMI)de Valencia es que el sector progresa adecuadamente.

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Ya en la pasada edición se decía que una de las salidas de la crisis para muchos diseñadores era lanzar una línea infantil, que amortiguara el escaso consumo y que les permitiera resistir otras temporadas más sin sumarse a la lista de Lacroix. En el sector, había como siempre, opiniones para todos los gustos. Desde los que consideraban que era una solución de poca entidad, a los que veían en ella una especie de panacea porque los niños tienen la buena costumbre (para ellos, no para los padres) de crecer a un ritmo incontrolable. Muchos de los grandes se sumaron a esta iniciativa, otros la dejaron macerar y los menos pasaron página.

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La apuesta infantil de Lourdes para el próximo otoño-invierno

Custo, o sea Custodio Dalmau, el catalán que está haciendo las Américas con su ropa alegre y vivaz, aunque de vez en cuando le metan el dedo en el ojo, se ha subido al carro de qué grande son los niños si con ellos suena la caja registradora y presentó en el escenario de la Feria una colección, como la de los mayores pero diminuta. Allí desfilaron abrigos de estampados infantiles, y de leopardo (como siempre los niños van a remolque de las tendencias de sus mayores); prendas superpuestas o simpáticos camisones. El resultado: opiniones para todos los gustos, pero a servidora le pareció una colección desenfadada para la que está cayendo.

La edición del optimismo

Y así se fueron sucediendo las propuestas para el próximo otoño-invierno 2010-2011 en la llamada edición del optimismo. Si se celebraban setenta citas con la moda infantil, setenta y dos fueron las empresas que presentaron la solicitud para exponer en la siguiente edición. Mucho siete, número cabalístico, para un encuentro con la moda en el que también hubo, como no podía ser menos, sus críticas. Hubo quien se quejó de que la Feria estaba mustia, suelen ser los que se quejan siempre, porque de todo tiene que haber en la viña del Señor. Pero los integrantes del sector quejicas con causa justificada, argumentaban que la coincidencia con la Pitti Bimbo de Florencia había impedido la presencia de compradores en Valencia, porque hasta la fecha estos requeridos señores carecen del don de la ubicuidad.

Es verdad que las calles de la Feria estaban más despejadas de público, que no es sinónimo de fracaso. A veces es preferible menos gente, pero que vaya al grano, que no esas aglomeraciones que no dejan ningún tipo de beneficio. En su cita bianual, los sevillanos Kobez. En su estand no había ese movimiento que acostumbran, pero como en esta vida todo es relativo y si la tendencia es crisis, pues con que se hagan unos pedidos seguros ya se puede dar todo el mundo con un canto en los dientes. Allí exhibían sus magníficas canastillas, con sus espectaculares batones, a la usanza de toda la vida y sus clásicos atuendos para los más pequeños, que vende con tanta profesionalidad Pérez Francés, en la sevillana Cuesta del Rosario. Babiné, la firma de Roinsal, o sea, Rosario de la Encarnación, de Lantejuela, también participaba y se llevaba el gato al agua. El optimismo era la tónica en esta luchadora mujer, que ahora combina los trajes premamá con la ropa de los infantes.

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Giesswein presentó una colección de altura

Los experimentos con gaseosa

¿Pero qué se llevará cuando dejemos el verano y vuelvan de nuevo los fríos y esperemos que la lluvia se quede rezagada? Pues, como siempre, la moda infantil exhibirá las tendencias que han causado furor en los mayores esta temporada. A saber: El negro, el gris y el azul intenso serán los colores esenciales, que compartirán cartel con los neón, que hicieron furor a finales de los setenta, sin olvidarnos de los estampados de animales ni de los vaqueros, conjugados con tejidos más ricos. ¿A que les suena?

La pasarela no defraudó porque escenificó la realidad; es decir, que en tiempos de crisis, los experimentos con gaseosa, que dijo Eugenio D’Ors a aquel pobre camarero que no sabía abrir una botella de champán y le arruinó la chaqueta al escritor. Pues, eso, vamos a lo seguro, con unas pinceladas atrevidas por aquí y otras por allá, la tendencia hallarás.

Abrió el fuego la firma Cóndor, correcta en sus vestidos estampados y en su punto mezclando marrones con azules azafata. Le siguió Floc Baby, con un toque cursi en sus lacitos, pero con un tejido de punto muy aceptable. AKR Kids echó toda la carne en el asador de los colores ácidos en prendas superpuestas y con gran profusión de rayas. Elisa Menuts apostó por las trenkas, esa prenda con tintes contestatarios, pero que siempre está en el candelero. Lourdes supo conjugar el azul marino, el gris y el vaquero, una combinación que veremos mucho el próximo otoño-invierno. Tumble’n Dry también se inclinó por las trenkas, los vaqueros y el punto.

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Los abrigos grises son para el invierno de Floc Baby

Eso no se lleva

Girandola, por su parte, parece desconocer las directrices de la ministra Aído y su política de la Igualdad. En la pasarela, los chicos salieron vestidos de tribus urbanas amantes del rap, con sus sudaderas y vaqueros, mientras que las chicas lucían lánguidas prendas en distintas tonalidades de malva, color tenido por cursi en algunos ambientes.  Barcarola, sin embargo, nos metió en el túnel del tiempo e hizo una especie de «revival» de todas las décadas, algo así como un recorrido por las tendencias de cada momento. Tutto Piccolo apostó por lo british. Todo muy inglés, muy políticamente correcto, en tonos grises y rojos. Giesswein volvió a colgarse merecidas medallas. En calidad gana por goleada y este año se apunta un diez con sus prendas en pata de gallo. Tuc Tuc también apostó por la alegría en sus estampados y en los conjuntos de punto en rayas. Bóboli pisa terreno firme con sus vaqueros y su ropa cómoda urbana, esa que quieren los niños cuando se despojan del uniforme. Sin ataduras y sin nadie que les diga eso no se dice, eso no se hace, eso no se lleva…

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12 comentarios

Alexandra 1 julio 2010 - 15:46

Por cierto!!he vuelto a visitar la tienda online de Tuc Tuc y tienen rebajas de verano!Un saludo a todos!

Alexandra 13 mayo 2010 - 21:11

Vaya qué si crecen los peques: al final se les retira la ropa porque dan el estirón y se les queda todo pequeño en menos que canta un gallo!. Estoy con Juan Garramiola y con María del Mar: me encanta el colorido para la ropa infantil!
La verdad es que a mí me ha parecido que se han presentado unas colecciones fabulosas. La de tuc tuc se puede adquirir desde unas pocas semanas en la nueva tienda on-line que ha estrenado la marca (si queréis echarle un vistazo podéis hacerlo aquí http://www.tuctucstore.es). A mí me ha parecido una monada y, sobre todo, una gran ventaja que se pueda adquirir toda la colección y complementos a través de Internet, sin salir de casa.

MARÍA DEL MAR 14 marzo 2010 - 11:22

Estoy de acuerdo con Concha en el sentido de que hay que vestir a los niños de niños y dejarnos de seguir la pauta que marcan los mayores. Que los diseñadores de mayores no se metan en terreno que nos les incumbe.

Juan Garramiola 13 marzo 2010 - 11:10

Las risas de los niños dan color a la vida , ¿ por que ese empeño en apagar esa alegria , vistiendolos de colores oscuros ? .

Corina 12 marzo 2010 - 17:49

Bravo por la crónica.

fatima 11 marzo 2010 - 18:06

tenemos que defender nuestros productos a capa y espada.Muy buen reportaje Clara, enhorabuena por tu trabajo. Nosotros estamos muy satisfechos con la aceptación de nuestra marca en el mercado internacional: Actualmente estamos vendiendo en Italia, Mexico y Belgica y si todo va bien a partir de la semana que viene pondremos en funcionamiento la venta online de nuestros productos en http://www.bybmodainfantil.com
besos mil

Concha 11 marzo 2010 - 13:05

Dos opiniones una: Estoy de acuerdo con los adjetivos que le has dado a la ropa de Custo pero ¿no es la misma que la de los mayores pero en talla 4? Y eso me hace pensar que, o vestimos a los niños de mayores o a los mayores de niños y ninguna de las dos cosas me gusta.

La segunda, estoy totalmente de acuerdo en tu opinión sobre Barcarola, yo tenía la sensación de que era la misma diseñadora de «el amor en tiempos dífíciles» (TVE)

Lula 11 marzo 2010 - 12:14

Me gusta mucho el vídeo.Los niños son una monada

Eva P.Córdoba 9 marzo 2010 - 17:53

Me gusta leer este blog porque trae cosas diferentes. Qué bonitas las fotos de los chiquillos y la ropa es presiosa.

CARLOS 9 marzo 2010 - 17:46

A mí la ropa infantil siempre me parece la misma, pero etengo que reconocer que la española es muy buena, la calidad es inmejorable y debemos apoyarla y no seguir manteniendo a los chinos. Un valenciano.

AFRICA 9 marzo 2010 - 17:20

Coincido en la esencia de la crónica, sobre todo en lo de los quejicas. Me parece muy acertado.
Saludos desde Algeciras

Evangelina 9 marzo 2010 - 17:13

Estoy de acuerdo. En la moda infantil, como en el resto, se está siendo muyu conservador o cauto, cada uno según su criterio. Me gusta mucho la firma Giesswein.
Saludos desde Menorca

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